Señor Presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Comandante General, amigos y amigas.
Celebramos hoy un día importante en la historia de España. El 40 cumpleaños de nuestra Constitución.
Nuestro texto constitucional ha dado paso a lo que hoy todos reconocemos, 40 años de prosperidad, libertad y democracia en nuestro país.
Cuando los padres de la Constitución se juntaron por primera vez en la tarde del 22 de agosto de 1977 para pensar la “Ley de Leyes” acordaron redactar un texto manejable y práctico:
“Tan breve como sea posible pero que incluya cuanto sea necesario”.
El pragmatismo se impuso sobre la ideología en el debate de un texto que señalaba el camino:
“La forma política del Estado Español es la Monarquía Parlamentaria”.
Debemos reconocer la enorme dosis de generosidad que supuso para muchas personas llegar a un consenso en la búsqueda de un texto que lograra un fin común, el interés colectivo que suponía consolidar nuestra democracia.
Todos y todas la respetamos y honramos pero somos muchos los que vemos la necesidad de adaptarla a la nueva realidad de este país.
El cambio que ha experimentado la sociedad española ha influido especialmente en el papel que hoy representamos las mujeres. En 1978 solo una de cada cuatro mujeres era considerada población activa, cuando actualmente lo son una de cada dos.
En la legislatura constituyente solo el 6 % de mujeres ocupaban escaños en la cámara. En la última legislatura el 40% ocupan escaños.
Yo voté la Constitución de 1978 y me siento muy orgullosa de haberlo hecho, pero las personas que nacieron después de diciembre de 1960 no la han votado; porque o no habían nacido o no tenían edad para hacerlo.
Nos encontramos por primera vez en democracia con un Presidente del Gobierno que no pudo votar la Constitución porque no tenía edad y así su gabinete ministerial, en el que solo un tercio pudo ejercer su derecho a voto. Esto es ejemplo de esa gran parte de la ciudadanía de nuestro país que alaban el recorrido de nuestra Constitución, pero que consideran pudiera ser adaptada a una España que dista de la que nos encontramos tras salir de una dictadura.
La Constitución del 78 ha sido nexo común de la convivencia dentro de las desigualdades territoriales de nuestro país. La única manera de llegar a esa convivencia era a través del reconocimiento de esa diversidad y a través de la consolidación de nuestra democracia.
Síntoma de madurez democrática es considerar nuestra Carta Magna como un texto vivo y capaz de ser cuidada mediante nuevos consensos que den lugar a reformas adaptadas a las España del siglo XXI.
Una Constitución que mire a Europa, que culmine nuestro modelo territorial fortaleciendo las estructuras económicas y salvaguardando la igualdad entre los y las españolas y reconociendo la diversidad territorial; que atienda al medio ambiente y a la transición ecológica, a la igualdad entre hombres y mujeres que garanticen y salvaguarde la cohesión social; que mire a las nuevas tecnologías y que se adapte a nuevas estructuras de participación ciudadana.
La Constitución del 78 es la Constitución de todos y todas, nos ha dado 40 años de éxito en democracia, en derechos, en libertades y en progreso social. Pero como decía España ha cambiado y necesitamos renovar el pacto social.
Tenemos que incorporar e implicar a las generaciones que no han podido votar su Carta Magna.
La Constitución del siglo XXI tiene que ser feminista. Debe reconocer el derecho a la igualdad real y plena entre hombres y mujeres. Debe blindar el Estado del Bienestar y debe reconocer nuestra diversidad.
Es la mejor garantía para que España siga avanzando.
La Constitución nos ha dado un periodo de convivencia democrática en libertad que seguro que es el más consistente, el más próspero, el más prometedor desde la Constitución de 1812. Es la primera Constitución que se pacta en España.
La mejor manera de honrar la Constitución es cumplirla y hacerla cumplir. Una sociedad moderna, como la nuestra, debe volver a encontrar el valor de la palabra y el espíritu del dialogo como en 1978. La Constitución permitió la integración de España en la UE, la derrota del terrorismo o los beneficios del autogobierno.
Es necesario retomar el consenso constitucional para lograr reformas que sigan consolidando y mejorando nuestra democracia. Los ciudadanos y ciudadanas de este país esperan de sus representantes la suficiente madurez política para adaptar las estructuras de nuestra democracia al siglo XXI.Ninguna democracia se ha desarrollado con inmovilismo.
Los acontecimientos que dieron lugar al nacimiento de la Carta Magna española no fueron fáciles. Eso sí prevaleció el sentido de Estado y, sobre todo, el sentido común de unas personas que no querían perder, de ninguna forma, el tren de una Democracia que tanto había costado conseguir y que nos llevaría a formar parte de la Europa moderna.
En cualquier caso, desde la perspectiva de la modernización social y económica del país, es complicado negar lo positivo del balance. Nuestra economía hoy está abierta al mundo y hemos convergido con Europa.
La idea de consolidar el país a partir del rendimiento económico y social quedó garantizada. Sin duda, con no pocos ajustes pendientes en fiscalidad, equidad en las transferencias o el sistema educativo, pero es innegable que hoy España es un país más moderno, próspero, equitativo y abierto de mentalidad.
Son sólo estos algunos de los logros que entre todos y todas hemos conseguido. Y debemos de estar orgullosos. Cierto es que todavía quedan muchos retos que afrontar pero con disposición y buena voluntad salvaremos los obstáculos que encontremos en el camino.
Conmemoramos hoy un día especial y debemos felicitarnos por haber llegado hasta aquí.
Feliz Día de la Constitución
Muchas gracias