Dominique Salomon, sobreviviente del Holocausto y defensora de los derechos palestinos, mantiene una postura firme y decidida al exigir justicia, tanto por su familia como por el pueblo palestino. Nacida en una granja del sur de Francia en 1945, apenas unos meses después de la liberación de Auschwitz, su vida ha estado marcada por el sufrimiento, la lucha y un compromiso inquebrantable por evitar que la historia se repita.
Su madre, judía polaca, fue testigo de la persecución nazi, mientras su familia fue despojada de todo. Dominique recuerda cómo su madre, tras perder a su familia en los campos de concentración, luchó por sobrevivir durante la ocupación nazi. «Nunca regresaron», recuerda, con la tristeza de saber que sus seres queridos fueron asesinados en las cámaras de gas. Un dolor que marcó su vida y su identidad como judía, aunque ella misma no se considera practicante.
A pesar de los horrores vividos, Salomon no ha dejado de luchar por la justicia. En la actualidad, es una activista comprometida con la causa palestina. Miembro de la asociación JUNTS, que agrupa a palestinos y judíos en Catalunya, ha dedicado su vida a dar charlas en centros cívicos e institutos, buscando conectar su experiencia con la situación actual de Gaza. «Desde mi experiencia, exijo que no haya más genocidios. No podemos seguir justificando la masacre de familias palestinas», afirma Salomon con convicción.
Aunque su historia personal está marcada por la tragedia, Salomon ha utilizado su dolor para construir un mensaje de resistencia y lucha por la paz. En sus charlas, habla con pasión sobre su posición antisionista, entendiendo el sionismo como un régimen de ocupación y violencia que no puede ser tolerado por quienes luchan por la libertad y la justicia. «No se puede ser de izquierdas y sionista. La historia nos ha demostrado que la ocupación y la masacre no pueden ser justificados», recalca.
Su postura sobre Palestina nació en gran parte a raíz de sus viajes a Israel, donde, tras convivir con palestinos, comenzó a cuestionar el trato que recibían. Fue en ese momento cuando su mirada hacia la política israelí cambió radicalmente, reconociendo las políticas coloniales que oprimen al pueblo palestino. «Después de la masacre de seis millones de judíos, trajimos el problema a Oriente Medio», afirma, refiriéndose a la creación del Estado de Israel y su perpetua guerra con los palestinos.
Salomon vivió en carne propia la evolución política de la región, desde el estallido del conflicto en Gaza en octubre de 2023 hasta la actualidad. No es optimista sobre el futuro. A pesar de los altos el fuego, cree que la solución definitiva solo vendrá con un Estado para los palestinos, aunque ve difícil que esa opción sea viable dada la postura de gran parte de la población israelí y el regreso de figuras como Donald Trump al poder.
En su análisis, no solo critica las políticas de Israel, sino también la indiferencia de muchas potencias occidentales ante los crímenes de guerra que se cometen contra los palestinos. «El conflicto no es tan complicado como nos quieren hacer creer. No es difícil entender quién fue la víctima y quién el verdugo durante el Holocausto», señala, poniendo de relieve la deshumanización de los palestinos por parte del gobierno israelí.
A lo largo de su vida, Salomon ha visto cómo la extrema derecha resucita, tanto en Europa como en otras partes del mundo. «La ideología fascista está ganando terreno, y lo peor es que ya no parece ser motivo de vergüenza», lamenta. En su recuerdo, las nuevas generaciones que se identifican con el nazismo y el fascismo le recuerdan las viejas sombras del pasado, un pasado que, según ella, ya está empezando a repetirse.
Frente a esta situación, Salomon sigue luchando. Aunque el dolor persista y las respuestas a sus preguntas sigan siendo insatisfactorias, no ha dejado de gritar por Palestina. «Mi voz sigue siendo la de una mujer que exige justicia, no solo por los judíos que murieron, sino también por los palestinos que continúan siendo masacrados hoy», concluye.
A través de la asociación JUNTS, Dominique Salomon ha logrado llevar su mensaje de resistencia y unidad más allá de las fronteras de su propia historia. Aunque la lucha es ardua y el panorama sombrío, ella sigue firmemente comprometida con la causa palestina, y con la esperanza de que, algún día, la justicia y la paz puedan prevalecer.