El 30 de abril concluyó la temporada 2024-25 de Los Angeles Lakers, con una derrota en primera ronda ante los Timberwolves (1-4). Con ella, también terminó un capítulo inesperado pero decisivo en la carrera de Luka Doncic. El esloveno, que apenas unos meses antes era emblema absoluto de los Dallas Mavericks, cerró su primer curso con los Lakers tras un traspaso que aún resuena como uno de los más impactantes en la historia de la NBA.
Nadie lo habría anticipado un año atrás. Doncic lideraba a los Mavericks a las Finales de la NBA y parecía destinado a convertirse en un ídolo eterno en Dallas, siguiendo la estela de Dirk Nowitzki. Todo apuntaba a que firmaría una extensión supermáxima por cinco años y 345 millones de dólares, la más alta jamás vista. Pero la derrota ante los Celtics, una serie de lesiones y el cambio de propietarios en la franquicia tejana lo sacaron del proyecto.
El cambio de rumbo
El 2 de febrero, Luka Doncic fue traspasado a los Lakers, truncando ese futuro pactado con los Mavericks. El movimiento, impulsado por tensiones con la gerencia y el nuevo entorno de la franquicia (ahora bajo el control de la familia Adelson), le arrebató al esloveno la posibilidad de firmar un contrato supermax. Como jugador ya en su segundo acuerdo y traspasado, perdió el derecho a ese tipo de extensión.
Ahora, con la vista puesta en el futuro, Doncic se prepara para tomar una decisión clave. El próximo 2 de agosto, seis meses después del traspaso, será elegible para firmar una extensión con los Lakers. Según ha podido saber AS, el base está plenamente enfocado en continuar su carrera en Los Ángeles. Se siente valorado, feliz con su rol y entusiasmado por liderar a la franquicia en su nueva era post-LeBron James.
Opciones económicas y proyección de carrera
Los Lakers pueden ofrecerle una extensión de cuatro años y 228,6 millones de dólares. Es la vía más directa, aunque supone una diferencia de más de 110 millones respecto al contrato que habría obtenido en Dallas. La alternativa más estratégica sería una extensión de tres años (165,3 millones) con una opción de jugador en el tercero, lo que permitiría a Doncic firmar en 2028 —tras diez años de experiencia NBA— una nueva extensión tipo supermax de cinco temporadas y unos 417 millones.
Ese movimiento, similar al que ya realizó Donovan Mitchell, optimizaría su ganancia total a largo plazo y mantendría su estabilidad contractual. Además, alargaría su vínculo con los Lakers hasta bien entrados los años 2030.
Una decisión inminente
El entorno del jugador y de la franquicia transmite calma. ESPN y otros medios estadounidenses aseguran que el acuerdo es inminente y que Doncic no tiene intención de probar la agencia libre en 2026. Su salto a Estados Unidos desde Eslovenia esta semana, justo antes de incorporarse a la concentración para el Eurobasket, será también el marco para oficializar su renovación. La gira promocional con Jordan Brand y el impulso de ventas de su camiseta (la más vendida desde su llegada a los Lakers) completan una imagen clara: Luka Doncic ha encontrado en Los Ángeles un nuevo hogar.
Tras perder el mayor contrato de su vida en Dallas, Doncic quiere ahora construir algo duradero en el otro gran templo del baloncesto NBA. En el horizonte, la promesa de nuevos anillos, una franquicia volcada en su figura… y, si todo va bien, otra era dorada para los Lakers con el número 77 al mando.
