Por Antonio R. Vega
Aspirantes a soldado de la academia de San Fernando vertieron mensajes ofensivos de contenido sexual, dirigidos contra otra alumna, en un chat compartido con otros 40 compañeros en un grupo de Whatsapp. Un tribunal militar de Sevilla ha condenado a seis meses de prisión a dos soldados en formación por los comentarios ofensivos e insinuaciones de claro contenido sexual dirigidos contra otra alumna en un chat compartido con otros 40 compañeros. Desde sus terminales móviles escribieron, por ejemplo, «hay K violarla en plan manada» y otros mensajes soeces referidos a la actividad sexual suya y de la víctima
La sala considera que ambos aspirantes a soldado del Centro de Formación de Tropa (Cefot) ubicado en la localidad gaditana de San Fernando son autores de un delito consumado contra los derechos fundamentales y las libertades públicas en su modalidad de «realizar contra otro militar actos de acoso sexual, injuriar y atentar contra su dignidad personal», recogido en el Código Penal Militar.
La sentencia dictada el 25 de enero pasado por el Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla ha sido recurrida por uno de los condenados ante el Tribunal Supremo, según confirmó su abogado, Juan Jesús Blanco Martínez. Ambos han sido expulsados de la carrera militar.
Los hechos se remontan a la noche del sábado 10 de noviembre de 2018. En un grupo de WhatsApp («2ª Compañía Zapadores») creado con la finalidad de intercambiar información entre las y los alumnos recién llegados a la academia, los dos procesados «difundieron» expresiones ofensivas de contenido sexual referidos a otra alumna.
Como la víctima acababa de abandonar el referido chat, ésta no conoció los comentarios hasta la mañana siguiente, cuando otro soldado le mandó las capturas de pantalla. Ese mismo día por la noche, otra cabo informó al sargento que estaba de servicio en el cuartel que se había encontrado a la joven llorando y éste se reunió con ella. La aspirante a soldado le enseñó a su jefe los pantallazos con los «mensajes injuriosos». El sargento apuntó los números para identificar a sus autores.
Descubrió, de este modo, que desde el teléfono de Jesús María (nombre ficticio) se escribieron comentarios degradantes como «me ha bloqueado la perra» o «hay K (que) violarla en plan manada», entre otros.
Su compañero Jesús Carlos también se habría explayado con insinuaciones de tipo sexual como «me a blokeado la zorra» (sic), entre otros. Éste último incluso difundió una fotografía manipulada de la víctima con la leyenda «solo follo con zapadores» en el mismo chat compartido con 40 compañeros de la afectada, por lo que concurrió «el carácter público de la acción», según expone la sentencia.
Días después, ambos reconocieron a otro superior jerárquico ser los autores de los mensajes y se mostraron arrepentidos. Jesús Carlos escribió a la soldado Belinda (nombre ficticio) para disculparse por «todo el daño que le han causado» y admitía «haber enviado la foto», prueba documental que se ha tenido en cuenta durante la vista oral.
Contradicciones en el juicio
Durante el juicio, sin embargo, ambos negaron haber escrito dichos mensajes en el chat. Aunque los teléfonos identificados eran suyos, esgrimieron que ellos no los habían enviado. Declararon que dejaban sus móviles cargando en una regleta con varios enchufes que había a la entrada de la compañía y que cualquiera pudo haberlos escrito.
El tribunal no se cree sus versiones exculpatorias y da por válidas las declaraciones prestadas por sus jefes y por la propia víctima, quien manifestó sentirse «dolida» y «avergonzada» por los hechos. A cada procesado les impone una pena de seis meses de prisión, además de la suspensión militar de empleo, de cargo público y de derecho al sufragio pasivo durante la condena.
En el recurso interpuesto ante el Supremo, el letrado de los dos militares arguye que «no ha quedado acreditado» que fueran autores de ninguno de los comentarios escritos y califica de «error» la valoración de estas pruebas practicadas, entre ellas un informe pericial de la Guardia Civil.