La plantilla del comedor del CETI, que todavía forma parte de Dulcinea Nutrición, anuncia una huelga indefinida tras dos meses sin cobrar y una semana se concentraciones frente a Delegación del Gobierno.
El servicio de comedor del Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) lleva meses sufriendo escasez de existencias para cumplir con el menú diario. Sin embargo, ha reunido por otro lado los ingredientes fundamentales para convertirse en un culebrón que parece no acabar nunca. La incertidumbre crece en una plantilla que lleva dos meses sin cobrar y ha decidido plantarse a partir del próximo lunes, mientras que los/as internos/as, que hasta ahora se alimentaban gracias al esfuerzo y los malabares de la plantilla, no saben qué va a pasar ahora con sus comidas.
De un lado, están los principales perjudicados. Trabajadores/as, con sus respectivas familias, que llevan dos meses sin cobrar y que, tras una semana de concentraciones frente a la Delegación del Gobierno, han optado por anunciar una huelga indefinida que dará comienzo el lunes y que durará hasta que se rescinda el contrato con Dulcinea Nutrición y se les pague por el trabajo que han realizado hasta ahora. Y los/as internos/as del CETI, hartos de padecer escasez de alimentos y de resignarse a menús deficitarios en prácticamente todas las comidas que realizan en el comedor.
Dulcinea Nutrición, además del CETI, tiene otros frentes abiertos
En el polo opuesto de la trama, Dulcinea Nutrición sigue como si la situación le fuese totalmente ajena. La empresa está recibiendo acusaciones similares en relación a la gestión que hace en el servicio de catering de residencias militares en la provincia de Málaga o en el Acuartelamiento de Camposoto. De hecho, el Ayuntamiento de Málaga ha decidido rescindir el contrato del servicio de comidas del Centro Municipal de Acogida por impagos a la plantilla y por no cumplir con los requerimientos del consistorio malagueño para que repusiera las condiciones del servicio.
Ante la actitud hasta ahora impasible de Dulcinea Nutrición, la Administración se ha visto obligada en más de una ocasión a asumir el pago a los proveedores de productos esenciales como el pan o el arroz -presente en casi todas las comidas del menú-. Una situación que aumenta la crispación de la plantilla puesto que entiende que, si la Administración puede pagar a los proveedores para mantener el servicio, también podría hacerse cargo de sus nóminas.
La solución pasa por cancelar el contrato del servicio de comedor del CETI con Dulcinea Nutrición y que otra empresa asuma el servicio y según anunció UGT, esto podría ocurrir más pronto que tarde. Igualmente, quedría por saber qué empresa se asumirá el servicio del comedor del CETI; en qué condiciones lo hará; y qué ocurrirá con las mensualidades que la plantilla no ha percibido. Desde el lunes que viene y hasta que se aclare el conflicto, los/as trabajadores/as aseguran que no volverán a los fogones.
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