Los bomberos han conseguido liberar con éxito, con la ayuda de los operarios de la empresa Grúas Ordoñez, a un joven migrante que había quedado peligrosamente atrapado entre la chatarra de un camión que iba a embarcar con destino a la Península. El joven se escondió en el remolque del camión durante la noche, pero por la mañana sus gritos de socorro alertaron a los trabajadores de la empresa. Desde Grúas Ordoñez se muestran muy preocupados por una situación que hoy podría haber acabado en tragedia
Unos gritos de desesperación alertaron a los operarios de la empresa Grúas Ordoñez en la mañana de este miércoles. La voz provenía del camión que habían cargado el día anterior con paquetes de coches prensados y chatarra de todo tipo, «esta no es la primera vez que nos pasa, nos pasa siempre que cargamos un camión de estas características» se lamenta Mónica Ordoñez, la portavoz de la empresa, en declaraciones a El Foro de Ceuta, «siempre hay por lo menos siete u ocho personas dentro de los camiones, por lo que antes de sacarlo comprobamos que no quede nadie dentro, pero en esta ocasión ha sido diferente, al entrar mis compañeros han escuchado una voz que pedía socorro y que quería salir de ahí» explica Mónica Ordoñez. «Estaba atrapado y no había manera de sacarlo y él no podía moverse» asegura desesperada la portavoz de esta empresa local que se enfrenta de manera directa al drama de la migración de los jóvenes marroquíes que huyen de su país para encontrar en Europa un futuro mejor.
En Ceuta, quedan «atrapados» cientos de jóvenes de Marruecos que emprenden su ruta migratoria desde el norte de su país y alcanzaban Ceuta a través de la frontera del Tarajal, antes de la pandemia del coronavirus, y que ahora lo hacen a nado o en embarcaciones de todo tipo. Desde Ceuta es más barato llegar a la Península, las mafias cobran varios miles de euros menos que si lo hacen desde Marruecos, y además, para los jóvenes que intentan hacerlo de manera «independiente» hay «más opciones»: bajos de camiones o autocaravanas, escondidos entre la chatarra o dentro de camiones congeladores, en los patines de los ferrys…
Un actuación compleja y peligrosa
La de hoy es una historia con final feliz, pero por muy poco. Los bomberos se han enfrentado a una actuación caracterizada por su complejidad y peligrosidad, ya que la vida de este joven estaba en juego. Según han explicado desde el Servicio de Extinción de Incendios y Emergencias (SEIS), ha sido un «trabajo milimétrico y de gran concentración porque la vida de una persona estaba en juego, atrapada dentro de un amasijo de chapas con muy difícil acceso y el tiempo de respuesta corría de nuestra contra».
Para poder desarrollar su labor ha sido fundamental el trabajo de los operarios de Grúas Ordoñez, «hemos tenido que descargar parte de esa chatarra para que los bomberos pudieran trabajar, mis compañeros han colaborado estrechamente dando ideas y uno de ellos hasta se ha cortado con la chatarra y por fin han podido sacarlo», explica la portavoz de la empresa.
Un rescate que no ha sido fácil y que ha llevado más de tres horas el poder liberar a este joven que sólo podía mover el cuello y que ha tenido que ser trasladado de urgencias al Hospital Universitario para ser atendido por los especialistas.
Para poder liberarlo, los bomberos del turno B han empleado material homaltro como el Ram separador y la Cizalla “pico de loro” con el que se han abierto paso entre chapas y todo tipo de piezas de vehículos «que dificultaban la visión y el acceso a la víctima» explican desde el SEIS. «Gracias a la buena coordinación del equipo y a la rapidez con la que se efectuaron las maniobras se pudo extraer a la víctima con vida para su posterior entrega a los servicios sanitarios» aseguran, agradeciendo la colaboración a los operarios de Grúas Ordoñez por su ayuda y predisposición.
Preocupación porque algún día «acabará en tragedia»
Desde la empresa han querido aprovechar para expresar su preocupación por esta situación tan recurrente y «que puede acabar en tragedia algún día». «¿Cómo tienen que estar de desesperados para meterse ahí?» se pregunta Mónica Ordoñez, que asegura que invierten mucho tiempo diariamente en comprobar que no haya nadie atrapado entre la chatarra que transportan los camiones.
«Cada vez que cargamos un camión de este tipo miramos que no haya nadie, no queremos que ocurra ninguna desgracia, pero no podemos evitar que se cuelen de ninguna manera, lo hacen cuando no estamos trabajando, nos da mucha pena y miedo que algún día ocurra una desgracia y ya no sabemos qué hacer, nadie nos da soluciones ni tenemos apoyo de nadie», se lamenta la portavoz de la empresa, que se muestra contrariada ante la complejidad de este asunto, «entendemos que estas personas quieran algo mejor en su vida, ¿pero tanto lo desean como para arriesgarla de esta manera?».