Las agencias de inteligencia estadounidenses han identificado señales alarmantes utilizando datos satelitales y fuentes abiertas, lo que ha llevado al cierre de varias embajadas occidentales en la capital ucraniana.
Los ataques rusos contra Ucrania se han convertido en una rutina diaria, pero este miércoles, Estados Unidos lanzó una alerta excepcional sobre un ataque a gran escala contra Kiev. La advertencia ha llevado al cierre temporal de las embajadas de Estados Unidos, España, Italia y Grecia en la capital ucraniana, avivando temores de una nueva escalada en el conflicto. Según la delegación estadounidense, la alerta se basa en «información específica» que sugiere un ataque combinado con drones y misiles.
La inteligencia estadounidense, un aliado crucial del Ejército ucraniano, recopila información a través de satélites comerciales, redes sociales y análisis de fuentes abiertas. Estos métodos han permitido a Washington detectar patrones y movimientos rusos, exponiendo posibles estrategias militares.
Entre las herramientas más potentes están los satélites comerciales, capaces de identificar señales de tráfico y estructuras con gran precisión. Según Koichirō Takagi, de la fundación Hudson, «la mayor parte de los análisis de inteligencia en la actualidad provienen de fuentes abiertas, gracias al auge de Internet».
Esta estrategia no solo busca proteger a Ucrania, sino también contrarrestar la propaganda rusa y unir a la comunidad internacional frente al Kremlin. El mismo enfoque permitió a Estados Unidos anticipar la invasión rusa en 2022 y advertir sobre el suministro de armas de China a Moscú.
El contexto de la alerta actual es alarmante: desde el inicio de la guerra, Kiev ha sufrido más de 2.500 ataques con misiles y drones, según datos de la administración militar de la ciudad. Las alarmas antiaéreas han sonado más de 1.300 veces, acumulando más de 1.550 horas de alertas, lo que equivale a más de dos meses de refugio continuo para los residentes.
A pesar de las advertencias estadounidenses, la inteligencia militar ucraniana ha calificado esta información como parte de un «ataque psicológico» ruso. «Es un mensaje diseñado para sembrar miedo, cargado de errores gramaticales típicos de las operaciones de desinformación rusas», afirmó una fuente oficial.
Sin embargo, la cautela prevalece. El cierre de embajadas por parte de varios países refuerza la gravedad percibida de la situación. Aunque algunos funcionarios ucranianos intentan minimizar la amenaza, la posibilidad de un ataque aéreo masivo sigue siendo una preocupación latente.