Desde las diferentes asociaciones buscan conseguir que las mujeres con discapacidad que han sufrido violencia de género recuperen las riendas de su vida a través de su inclusión social y laboral. Inserta Empleo, la entidad de Fundación ONCE para la formación y el empleo de las personas con discapacidad, ha presentado su proyecto ‘Mujeres en modo ON VG’, en un rueda de prensa celebrada este martes 24 de noviembre
El objetivo de ‘Mujeres en modo ON’ es conseguir que las mujeres con discapacidad que han sufrido violencia de género recuperen las riendas de su vida a través de su inclusión social y laboral. El proyecto ha salido adelante gracias a la Fundación ONCE y al Fondo Social Europeo.
Los programas de este tipo son importantes para poder ayudar a las mujeres con discapacidad víctimas de la violencia machista. Según la macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019, presentada recientemente por el Ministerio de igualdad, el 40,4% de las mujeres con discapacidad acreditada ha sufrido algún tipo de violencia en la pareja, frente al 31,9% de las mujeres sin discapacidad acreditada.
Teresa Palahí, secretaria general de la Fundación ONCE, ha sido la encargada de abrir el acto, explicando que “es uno de los 5 seminarios dentro del programa ‘Mujeres en modo ON VG’. Uno de los programas más importantes que estamos haciendo dentro de la violencia de género en mujeres con discapacidad”.
Otro dato importante de la macroencuesta es, según expuso Teresa, “que el 17,5% de las mujeres con discapacidad que han manifestado ser víctimas de violencia de género, su discapacidad fue producida por esa violencia”. Además, “un 20,7% de la violencia que sufrieron fue física y sexual, frente al 13,8% que sufrieron las mujeres sin discapacidad. La diferencia es sustancial y es motivo de reflexión”.
Alberto Durán, vicepresidente ejecutivo de la Fundación ONCE, dio comienzo a las mesas del seminario, resaltando “la tremenda situación que viven muchas mujeres en España y en el mundo y no parece que la situación vaya amainando. Una situación agravante de esta lacra ha sido la situación de pandemia producida por la COVID-19”.
Presentación del proyecto ‘Mujeres en modo ON VG’
Virginia Carcedo, secretaria general de Inserta Empleo y directora adjunta de formación, empleo y transformación de Fundación ONCE, ha abierto la mesa recordando que “el número de casos de violencia de género entre las mujeres con discapacidad ha aumentado en los últimos años”. Por otra parte, “dentro del programa hemos impuesto un ciclo de encuentros que finalizarán en 2022 para dar voz a las empresas, administraciones y emprendedoras para luchar contra la violencia”.
Ana Pilar Cruz, directora de talento externo y transformación de Inserta Empleo, ha contado que “en el proyecto que hoy presentamos, la actuación conjunta es imprescindible; el compromiso de todos”. Porque, “lo primero que hemos querido desarrollar es darles voz a esas mujeres para captar y ayudar en la detección de nuevos casos, con un acompañamiento más directo y personalizado, a través del ciclo de recuperación de la mujer”. Para que este modelo de intervención sea suficiente, “hemos tenido que desarrollar una figura nueva: COMPASS”.
Buenas prácticas de empresas en la integración laboral de mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género
Mar Medeiros, directora de empresas, alianzas y RSC-D de Inserta Empleo y moderadora de esta mesa, ha incidido en que “mientras el mundo se confinaba, había otras dos pandemias: la violencia contra las mujeres y el desempleo. Para ellas, no existe una vacuna y afecta a todas las personas y a todos los países. Hay que debatir cómo pasar de las palabras a los hechos para que haya un cambio”.
Susana Moreno Marín, jefa de departamento de diversidad y marca empleadora de ILUNION, indicó que “la gestión de la diversidad es muy importante para nosotros dentro de la lucha contra la violencia de género. El perfil de una mujer víctima de violencia de género, mayoritariamente, es una mujer de unos 45-50 años, española, que trabaja en Madrid, Barcelona o Sevilla, con unos estudios primarios o, como mucho, de ESO. Desde ILUNION pedidos que no tengan miedo y que salgan adelante”.
Cristina González Hipólito, directora general de la Fundación DKV Integralia, ha explicado que “la discapacidad no va vinculada al victimismo o absentismo. Va vinculada a la resistencia y al compromiso a aquellas empresas que le dan la oportunidad de seguir con su trabajo y vida”. Cuando estalló la pandemia, “nuestra prioridad absoluta era proteger la salud de nuestros empleados. Hemos tenido que ir aprendiendo del teletrabajo, que da oportunidades de empleo a muchas mujeres que tenían que conciliar. Pero en el caso de las víctimas de violencia de género, el estar en casa no favorecía su situación. Lo bueno es que a día de hoy ya pueden venir al centro de trabajo, siempre con las medidas sanitarias oportunas”.
Ana Benita Aramendia, directora corporativa de RRHH del Grupo FCC, ha resaltado para cerrar esta mesa que “hay que esforzarse mucho más en ofrecer empleo, para que esa mujeres tengan derecho al trabajo, especialmente importante en este proyecto dirigido a víctimas de violencia de género con discapacidad. También es importante que se apoyen en expertos para emprender esa lucha, que rompan las barreras”.
Acerca de las protagonistas
Edel González, coordinadora del proyecto mujeres en Modo ON VG, fue la encargada de presentar a Paloma Lapeña, técnica COMPASS Madrid; Esther, educadora social experta en género y víctima de violencia de género; y Francisca Cortés, técnica COMPASS de Cádiz.
Esther contó la historia de violencia que le tocó vivir en sus carnes. Ella es educadora social y resaltaba que “cuando sufrí la violencia, yo trabajaba para combatirla”. Esa violencia, “me dejó secuelas físicas y psicológicas: tuve problemas en la columna y sufrí un traumatismo craneoencefálico que me repercutió en la movilidad y en la comunicación. La rehabilitación fue horrible porque tuve que reaprender todo, me tuve que volver a reconocer”.
Paloma Lapeña, su COMPASS, muestra que “el primer contacto que tuvimos fue en un taller y nos dio la oportunidad de conocernos. Para mí, el poder acompañarla a ella y a muchas otras mujeres me parece una suerte. Necesitan apoyos y necesitamos tenderles una mano; el proyecto supone eso”. Recalca que “se necesitan apoyos, individuales y colectivos, ya que cualquier puede sufrir violencia y una formación académica no te quita de sufrirla, como en el caso de Esther”.
Francis Cortés explica que las mujeres “cuando están en una situación de violencia de género no tienen nada de control sobre sus vidas. Pero cuando empiezan a trabajar eso cambia radicalmente. Las mujeres víctimas se autocuestionan, incluso años después del maltrato. Lo importante es que las acompañemos en ese proceso hasta que no nos necesiten”. Las mujeres que alzan la voz contra la violencia de género “no se victimizan, aún teniendo multitareas, viven situaciones de desempleo, tener que hacer las tareas domésticas, el cuidado, falta de recursos, la discapacidad o el miedo”.
Patricia Sanz, vicepresidenta 3ª de igualdad, recursos humanos, cultura institucional e inclusión digital de Grupo Social ONCE, defendió: «Tenemos que poner sobre la mesa situaciones que conozcamos, porque solo una denuncia había sido presentada por el entorno cercano a la víctima. No estamos en el Siglo XIX para pensar que es un tema privado de la pareja”.