Un informe publicado por la organización señala que se culpabiliza a las chicas en el caso que se viralice contenido sexual sin su consentimiento. 1 de cada 10 chicos cree que si una mujer ha consumido mucho alcohol se expone a que un chico tenga relaciones con ella, aunque no esté consciente
Las violencias machistas entre jóvenes y adolescentes son una realidad y están poco identificadas y visibilizadas desde el mundo adulto. Esta es una de las conclusiones del informe “Rompiendo Moldes” publicado por Oxfam Intermón con motivo del 8 de Marzo, una investigación realizada durante 2020 sobre creencias y comportamientos que ha encuestado a 1.500 jóvenes y adolescentes de entre 15 y 25 años en España.
El informe constata que hay formas de violencias machistas normalizadas y ocultas entre este colectivo, como las prácticas sexuales no deseadas o sin consentimiento previo o las violencias derivadas de la práctica del sexting (enviar mensajes, fotos o vídeos de contenido erótico y sexual personal a través del móvil), que ha aumentado durante el confinamiento.
Destaca que se culpabiliza a las chicas en el caso que se viralice el contenido sin su consentimiento, mientras que en los chicos se normaliza que puedan ejercer esta práctica. El 44% de los chicos opina que “si alguien hace sexting está asumiendo el riesgo de que alguien pueda reenviar el contenido”, culpabilizando así a quien experimenta este tipo de violencia y quitando la responsabilidad a la persona que la está ejerciendo.
El informe señala avances significativos fruto de la lucha feminista, como el cuestionamiento de los mandatos de género y los mitos del amor romántico, dos de los grandes pilares donde se reproducen imaginarios que legitiman violencias machistas.
Sin embargo, queda aún camino por recorrer para cambiar estas creencias sociales especialmente promoviendo modelos de relaciones sexoafectivas sanas. En este sentido, el informe advierte que prevalece un modelo de masculinidad basado en la creencia que los hombres son menos vulnerables a las emociones, que tienen un deseo sexual incontrolable y que si son dominantes resultan más atractivos.
Falta de consenso y consentimiento
El informe destaca que la falta de comunicación en las relaciones sexoafectivas promueve prácticas sin consenso o sin consentimiento, normalizándolo y ocultándolo como una forma de violencia sexual.
En este sentido, 1 de cada 10 chicos cree que si una mujer ha consumido mucho alcohol se expone a que un chico tenga relaciones con ella, aunque no esté consciente y el 8,9% de los chicos piensa que, si una chica se viste de manera provocativa y anda sola por la calle a altas horas de la noche, se está exponiendo a que le pase algo.
El 58,6% de personas encuestadas niega que “es común que un chico quiera tener sexo sin condón”, mientras que el 22,3% lo afirma. En los distintos grupos de edad se destaca que, a medida que aumenta la edad, más creen que es habitual que un chico quiera tener sexo sin condón (16% en el grupo de 15 a 18 años, 23% en el de 19 a 22 años y 24,5% en el de 23 a 25 años).
El amor duele
En general, adolescentes y jóvenes cuestionan los mitos del amor romántico, uno de los grandes pilares donde se reproducen comportamientos que legitiman violencias machistas pero este cuestionamiento y rechazo es más evidente entre las personas con identidades no normativas y en las chicas que en los chicos.
El informe señala que entre las personas jóvenes y adolescentes se mantienen presentes tres imaginarios sobre la masculinidad: la invulnerabilidad emocional; el deseo heterosexual incontrolable y la actitud dominante como rasgo atractivo. Éstos se construyen en contraposición con los femeninos, destacando el mandato de complacer a las demás personas y el de la sumisión.
Según los resultados de las encuestas, 2 de cada 10 chicos piensan que “el amor duele” y 1 de cada 10 piensa que la capacidad de dominar hace un hombre más atractivo. Además, 2 de cada 10 chicos y 1 de cada 10 chicas afirman que los hombres tienen mayor deseo sexual que las mujeres.
Por otra parte, las personas encuestadas afirman que prácticas como el control a través de los teléfonos móviles o los celos se identifican como nocivas y que por tanto las rechazan, reconocen que siguen presentes en sus entornos.
Ante esta situación, el informe advierte que es imprescindible una educación sexoafectiva feminista, transversal y con perspectiva de derechos que aborde aspectos como la comunicación en las relaciones sexuales y la gestión emocional. También señala que las campañas de prevención y sensibilización de las violencias machistas deben generar mensajes positivos y deben interpelar a los chicos promoviendo masculinidades diversas y críticas.