Por José Antonio Sánchez Gómez
El IV congreso sobre familias monomarentales realizado por la Federación de Asociaciones de Madres Solteras se ha celebrado de forma online debido a la situación sanitaria. En este evento se ha presentado el estudio ‘’Historias que Cambian. Vulnerabilidad de las familias frente a la covid-19’’
Las familias monomarentales se enfrentan todavía a la estigmatización social. Tampoco escapan a la discriminación por motivos de género. De hecho, a pesar de que el 81 por ciento de estas familias están encabezadas por una mujer, la sociedad sigue utilizando el término monoparental y no habla de familias monomarentales para dar una correcta visibilidad a las familias con un único progenitor.
Patricia Bezunartea Barrio, directora general de Diversidad Familiar y Servicios Sociales, ha señalado el gran reto que es dar a conocer el modelo de familia monomarental, en el que las mujeres tienen un protagonismo único e inigualable y reivindicar el reconocimiento de las familias que no se ajustan a los estándares familiares clásicos. Bezunartea ha señalado que a menudo las familias monomarentales se consideran desestructuradas por no contar con todos los elementos clásicos de familia: ‘No hay familias pequeñas, no hay modelos de familias mejores o peores. No se puede hablar de familia desestructurada por no ajustarse al modelo de familia tradicional’’.
Un 10 por ciento del total de las familias en España tiene una estructura monomarental, lo que corresponde a casi 2 millones. Sin embargo, este modelo de familia se encuentra expuesto a mucha más vulnerabilidad y exclusión social. La tasa de riego de pobreza es del 49,1 por ciento para los hogares que únicamente cuentan con un progenitor, es decir que casi la mitad de este tipo de familia se encuentra en esta situación.
La situación sanitaria y la crisis económica y social en relación a la covid-19 han sido una dura prueba para este modelo familiar. La brecha de género se ha incrementado y en materias de conciliación y cuidados se ha dejado ver la falta de medios y herramientas de las que se disponen.
En el año 2019 el gobierno comenzó a ofrecer diversas ayudas para las familias monomarentales como el ingreso mínimo vital o los incrementos en las becas y subvenciones. Se ha señalado que son grandes avances en la regulación de las familias monomarentales, pero una de las principales reclamaciones en este congreso ha sido la mejoría de los apoyos públicos, la necesidad de generar herramientas institucionales para la corresponsabilidad e implementar las ayudas fiscales y económicas que ayuden a desarrollar un marco general para este tipo de familias.
En la presentación del estudio ‘’Historias que Cambian. Vulnerabilidad de las familias frente a la covid-19’’ han participado Paloma de Uribe Gil y Hebe Bonilla Rodríguez, ambas del equipo de FAMS. En este estudio han señalado que hay cuatro factores que indicen directamente en las familias: la economía, la política, el orden simbólico y la sexualidad, sobre los que se ha basado la investigación.
Las comunidades autónomas tienen diferentes regulaciones en torno a este tipo de familias. Desde FAMS creen que es necesario una ley única a nivel nacional que permita identificar a las familias monomarentales, darles visibilidad y a su vez clasificar a las familias con distintos grados dando prioridad a las que tengan dos o más hijos, aquellas que cuenten con un miembro con diversidad funcional o incapacidad laboral y aquellas con dificultades económicas.
La covid-19 la tasa de riesgo de pobreza crece un 21 por ciento para las familias monomarentales y un 0,3 por ciento para las familias biparentales
Desde este estudio también han señalado que hay una falta de protección social frente a la Covid 19. El 80 por ciento de las mujeres que lideran familias monomarentales ha visto empeorar su situación laboral durante la pandemia. Y pese a haber un 42 por ciento de las madres que poseen estudios universitarios, el 56 por ciento viven con menos de mil euros al mes. La ausencia de una ley estatal monoparental provoca que se incorpore la monomarentalidad como criterio de exclusión.
En base a los datos del estudio realizado por la Federación se han propuesto diferentes medidas empezando por la vivienda, dado que, como ha señalado Carmen Flores Rodríguez, presidenta de FAMS «es el pilar fundamental para cualquier familia’’. Estas propuestas pasan por agilizar los trámites y requisitos para la concesión de ayudas e Incrementar los mecanismos de tramitación urgentes para atender e informar de los derechos que tienen estas familias porque la dificultad de acceso a la tecnología merma el conocimiento de estos derechos. En lo correspondiente al empleo se ha propuesto mantener medidas específicas de empleo y conciliación, permisos retribuidos para el cuidado y el autocuidado y flexibilizar horarios laborales y la posibilidad del teletrabajo.
Elvira Méndez, directora de la Asociación Salud y Familia y Graciela Malgesini, responsable de Incidencia Política de EAPN, han participado en el debate que ha tenido lugar después de la presentación del estudio intentado aportar soluciones que puedan realizarse a corto y medio plazo para la mejora de la calidad de vida de las familias monomarentales como: prestaciones por nacimiento no contributivas, escuelas infantiles de 0 a 3 años gratuitas y la reforma horaria para terminar las jornadas laborales como tarde a las 20:00.