Al inicio de la crisis sanitaria se lanzó el plan Cruz Roja RESPONDE, que atendió a más de 5.8 millones de personas. En la actualidad, la postpandemia, la inflación y las consecuencias del conflicto en Ucrania han hecho necesario el lanzamiento de Cruz Roja Reacciona para seguir atendiendo las demandas de una población que en un 70% es femenina. Toni Bruel: “estaríamos preparados si llegara otra situación igual”
Se cumplen tres años desde que Cruz Roja pusiera en marcha la mayor movilización de recursos, capacidades y personas de su historia: el Plan Cruz Roja RESPONDE frente a la COVID-19, con el que se llegaron a 5.860.855 de personas atendidas, que se sumaron a las de la atención habitual de Cruz Roja, y que han requerido de más de 41 millones de respuestas.
A día de hoy, el 70% de las personas que piden ayuda a Cruz Roja en la postpandemia son mujeres, en el marco del plan Cruz Roja Reacciona, la ayuda directa que la Organización ha puesto en marcha para paliar la crisis derivada de la covid, el conflicto en Ucrania y el cambio climático.
Si durante 2020, sobre todo por el peso del periodo del confinamiento, el principal perfil atendido fue el de personas mayores que vivían solas o en situación de dependencia con escasa red de apoyo en el entorno inmediato, en 2021 y 2022 emergieron con fuerza otros perfiles con necesidades diversas: colectivos más jóvenes, con necesidades de empleabilidad, pequeños autónomos afectados por las restricciones en sus negocios y, sobre todo, familias con menores de edad, entre las que destacan por la especial virulencia con las que ha afectado esta nueva crisis las monoparentales encabezadas por mujeres, con escasos ingresos y dificultades de conciliación, y las familias migrantes con situación administrativa irregular o precaria.
A día de hoy, la población femenina (70%) de entre 30 y 50 años de edad ha sido la que más ayuda ha requerido: entre la franja 31-40 años de edad, se han entregado ayudas a más de 11.944 mujeres, frente a 3.760 hombres, mientras que de 41 a 50 años, son 10.581 mujeres frente a 4.142 hombres. Las cifras también dejan brecha de género en las mujeres jóvenes, de 21 a 30 años de edad (6.097 frente a 2.740 hombres), y las de 51 a 60 años (5.984 frente a 3.761). En ningún tramo de edad, el número de mujeres es menor que el de hombres.
Entre las ayudas entregadas (+61.000), destacan las de bienes, como productos alimentarios (más de 10.700) o de higiene (2.843), sanitarios (1.771) y vestuario (1.562); y las económicas (más de 17.587 ya entregadas para coberturas de primera necesidad, pagos de recibos de suministros, vivienda, transporte o ayudas educativas y formativas, que se incrementan frente a 2021).
Para Toni Bruel, coordinador general de Cruz Roja “todas las lecciones aprendidas del plan RESPONDE nos son ahora útiles para la organización de la ayuda: flexibilidad, agilidad, mejora en las comunicaciones, y muchas otras cosas que ahora damos por hechas y no existían hace tres años”. De los meses de confinamiento, y la pandemia en general, señala que “el aprendizaje más valioso es saber que se pueden hacer muchas cosas, muy sencillas y en todas partes para ayudar. Es el mejor mensaje que nos ha quedado”.
La movilización social de la pandemia trajo consigo una cualificación no esperaba, “había todo tipo de personas, y con todo tipo de perfiles y especialidades; y en todas partes, con ganas de ayudar, y con gran presencia joven”. Para convertir toda esa solidaridad en ayudas, Cruz Roja tuvo que diseñar modelos flexibles de atención que se tradujesen en acciones concretas, que iban desde hacer la compra dentro del vecindario, hasta la atención psicosocial telefónica gratuita.
Bruel destaca que “estaríamos preparados si llegara otra situación igual, ya que nos hemos adaptado para movilizar todos nuestros recursos en cualquier necesidad, y no sólo en emergencias, sino de una manera transversal que nos da mucha más capacidad y una visión mucho más amplia de hasta donde podemos llegar”. Con este modelo, Cruz Roja puso, por ejemplo, sus servicios de empleo al servicio de la emergencia, así como los de salud, medio ambiente o educación, “se matricializó todo lo que sabemos hacer, llevándolo a un tipo de respuesta. Se dieron píldoras formativas de la covid, se impartieron clases on-line a menores, se hacían entregas de productos básicos en el domicilio, y se siguió trabajando para el empleo desde la distancia”, recuerda, entre los cientos de respuestas diferentes ofrecidas por Cruz Roja.
Fue posible gracias, según el coordinador general, a la previsión que habían hecho: “compramos material de protección antes del confinamiento al tener información directa de la Cruz Roja China. Fue un input directo que recibimos y nos hizo actuar y diseñar un plan de hipótesis, que después se irían materializando, pero ahí es cuando verdaderamente comenzó el RESPONDE”. A esta información anticipada, además, se le suma la ventaja de intercambiar experiencias y conocimientos con otras sociedades nacionales de Cruz Roja para ir adaptando y mejorando la operación. Todo ello permitió que Cruz Roja interviniera desde el primer momento, sin limitaciones y con equipos más que suficientes de prevención para poder empezar, “eso fue algo diferencial para de verdad ayudar a las personas; y al tener este matiz resuelto, la actividad se desarrollaba con más normalidad”.
Claves de una intervención futura
Una demanda que apareció y se mantiene con fuerza, relacionada directamente con la pandemia, es la de apoyo psicológico y emocional ante la situación de crisis, el miedo y la incertidumbre. Dentro de este marco, se puso en marcha un Servicio de Atención y acompañamiento psicosocial para las personas que estaban sufriendo las consecuencias de la pandemia y del confinamiento en todo el territorio español: ‘Cruz Roja Te Escucha’, un servicio de apoyo y acompañamiento emocional (gratuito y especializado), y al que se accede llamando al 900 107 917, operativo desde el 1 de abril de 2020 en horario de lunes a viernes de 9 a 14 horas y de 16 a 20h (una hora menos en Canarias).
En la situación actual respecto al acceso de la ciudadanía a la Administración pública, se torna fundamental la formación de ésta en competencias digitales, la disponibilidad de medios tecnológicos públicos para realizar las gestiones, y de personal que asesore en esta materia en cada servicio, así como de ventanillas de información telefónica y a través de chats, durante las 24hs, como puntos para abordar como prioritarios.