A nivel nacional, el 30% de estos profesionales sanitarios ha sufrido los síntomas de la enfermedad. En Ceuta, ningún fisioterapeuta ha padecido el coronavirus, aunque sí han realizado confinamientos preventivos por contacto con pacientes positivos en Covid-19. Denuncian que en el centro de salud de Otero, «no se ha cubierto aún la vacante de una de las fisioterapeutas que se marchó a otra autonomía a trabajar»
El trabajo y dedicación de los fisioterapeutas que ha atendido y cuidado directamente a personas con el Covid-19 a lo largo de la pandemia ha tenido distintas consecuencias en su salud física y psicológica, como el haber sufrido los síntomas de la enfermedad cerca del 30 por ciento de estos profesionales sanitarios.
Estos son los resultados de una encuesta realizada por el Sindicato de Enfermería, SATSE, en el conjunto del Estado, que constata cómo este colectivo profesional sanitario, «al igual que el de las enfermeras y enfermeros, ha visto como la lucha contra la pandemia le ha afectado negativamente en muchos aspectos de su vida profesional y también personal y familiar«.
Además de asegurar haber tenido los síntomas de esta grave enfermedad en tres de cada diez casos a nivel nacional, un 81,38 por ciento de los fisioterapeutas consultados por el Sindicato de Enfermería han reconocido que han tenido miedo a contagiarse en el desempeño de su trabajo y un 94,04 por ciento a poder contagiar también a sus familiares y/o amigos.
«En Ceuta, hemos tenido la suerte de que ningún fisioterapeuta ha padecido coronavirus, aunque sí se han realizado confinamientos preventivos por contactos con pacientes positivos en Covid-19. A pesar de que los compañeros no han solicitado ayuda psicológica, sí nos han manifestado su intranquilidad y su bajo estado de ánimo en multitud de ocasiones; bien por la presión asistencial que han soportado, bien por el miedo de contagiar a sus familiares», relatan desde el Sindicato.
Otras consecuencias negativas que han sufrido por su labor en primera línea contra el coronavirus a lo largo de los últimos meses es el sentir cierto rechazo social, siendo un 26,68 por ciento los que así lo afirma, y el no sentirse apoyado por sus superiores, como un 51,68 por ciento señala en la encuesta.
Asimismo, un 55,53 por ciento de los profesionales encuestados a nivel nacional por la organización sindical afirman que han empeorado sus condiciones de trabajo en los últimos meses y un 63,73 por ciento que se ha deteriorado el ambiente laboral en su unidad o centro.
Una vacante sin cubrir en el centro de Otero
Desde el sindicato señalan que en el caso de Ceuta, durante el confinamiento del primer estado de alarma, «el INGESA suspendió la atención a los pacientes en Atención Primaria, aunque los y las fisioterapeutas no dejaron de asistir a sus puestos de trabajo en ningún momento, realizando otras funciones no asistenciales. Una vez que la asistencia presencial se reanudó en el mes de junio de 2020, se retomó también la actividad en el centro de salud de Otero, donde no se ha cubierto aún la vacante de una de las fisioterapeutas que se marchó a otra autonomía a trabajar».
«Sin embargo, en Atención Especializada no se suspendió en ningún momento la atención a los enfermos y, es más, fue una atención intensiva de fisioterapia respiratoria a los enfermos ingresados por coronavirus sin dejar de atender las necesidades del resto de los pacientes hospitalarios. De hecho, se aumentó la plantilla en un efectivo, pasando a ser cinco los fisioterapeutas que trabajan en el Hospital Universitario».
La plantilla del INGESA debería ser el doble de la actual
De otro lado, el 81,34 por ciento de los fisioterapeutas consideran que no ha existido el personal suficiente para prestar la atención sanitaria más adecuada a los pacientes y la ciudadanía en general en su unidad o centro sanitario o sociosanitario durante la pandemia del Covid-19, y el 76,46 por ciento piensa que que no se ha reforzado el número de estos profesionales.
Desde SATSE Ceuta «siempre hemos mantenido que por las ratios que soportan estos profesionales, la plantilla del INGESA debería ser el doble de la actual y, aún más, en el Hospital Universitario, donde la carga asistencial de los pacientes se ha multiplicado exponencialmente».
A escala nacional, un 67,85 por ciento reconoce que no tenían tiempo suficiente para prestar la atención más adecuada, lo que ha llevado a un 40,42 por ciento a prolongar su turno de trabajo para realizar todas aquellas actividades que no habían podido acometer.
Todo este cúmulo de factores y circunstancias han propiciado que un 29,43 por ciento de los fisioterapeutas consultados señale en la encuesta de SATSE que ha llegado a pensar en dejar la profesión si pudiese, mientras que un 10,28 por ciento afirma que ha necesitado ayuda psicológica especializada. “La entrega, esfuerzo y dedicación en su lucha contra el Covid-19 ha pasado una grave factura a los fisioterapeutas de nuestro país que, ya antes de la pandemia, sufrían unas condiciones laborales muy precarias, que deben ser mejoradas por las distintas administraciones competentes cuando antes”, concluyen desde la organización sindical.