Siete de cada diez mujeres que han sido víctimas de acoso sexual o discriminadas por razón de sexo en su trabajo no lo han denunciado ante la empresa, por miedo a perder el puesto de trabajo, a ser juzgada por el entorno o por sentir culpa, según los testimonios recogidos en el estudio «Acoso sexual y acoso por razón de sexo en el ámbito laboral en España», promovido por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y elaborado por el sindicato Comisiones Obreras. El acoso sexual se oculta, denuncia el informe, basado en las entrevistas a 1.119 víctimas, de las cuales el 72,4% nunca lo denunciaron. De ellas, el 62% alegaron miedo a las posibles represalias
En el acto de presentación del informe, que ha tenido lugar en la sede del Ministerio de Igualdad, ha participado la Delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Victoria Rosell Aguilar, quien ha contextualizado la magnitud del acoso sexual en el trabajo con datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019, que señala que un 40% de las encuestadas ha sufrido en algún momento de su vida algún acto de acoso sexual.
A continuación, la secretaria Confederal de Mujeres e Igualdad, Elena Blasco Martín, y Raquel Gómez Merayo, técnica de la Secretaría y autora principal del estudio, han subrayado el compromiso de CCOO con la erradicación de las violencias machistas y en concreto en contra del acoso sexual y el acoso por razón de sexo y han destacado algunas de las conclusiones del estudio, agradeciendo de manera especial a todas las mujeres que han participado en él comunicando sus experiencias.
Una de las primeras y más importantes conclusiones del informe es que cualquier trabajadora, cualquier mujer, puede ser víctima de acoso sexual y también víctima de acoso por razón de sexo. Sí existen, sin embargo, algunos factores de riesgo, que aparecen sobre todo en la investigación cualitativa, como la precariedad laboral y económica de las mujeres o los entornos laborales de aislamiento.
“He sufrido comentarios sobre mi culo y mi peso (o falta de él). Y uno de mis jefes, quien me llamaba ‘rubia peligrosa’ o ‘la rubia’ me dijo que el jefe que me hacía mobbing, me trataría mejor si le practicase sexo oral. Siempre entre risas. Pero no por ello menos desagradable”, expone una de las trabajadoras que ha participado en el estudio. No es el único testimonio que muestra el acoso de carácter sexual. Este tipo de acciones se viven en todo tipo de empresas y en todos los sectores de actividad, pero resultan más difíciles de denunciar y abordar en pymes o micropymes, donde hay menos regulación y no existe representación sindical de las personas trabajadoras”, explican desde el sindicato.
En relación a las acciones de carácter o contenido sexual recibidas por las mujeres, los porcentajes más elevados corresponden a comentarios y chistes de carácter sexista (83%), piropos y comentarios sexuales (75%), gestos o miradas insinuantes (73%), contacto físico (67%) y peticiones e invitaciones de naturaleza sexual (31%).
Los tipos de acoso más habituales, según el trabajo, son chistes de carácter sexista (83,1%), piropos y comentarios sexuales (75%), gestos o miradas insinuantes (73%), y contacto físico (67%). Estas actuaciones las realizan principalmente superiores jerárquicos (47%), personas de la misma categoría laboral (32%) y otras personas (9%) entre las que se señalan familiares y amistades del jefe (2%) y clientes (2%).
En el caso del acoso por razón de sexo las mujeres se sienten discriminadas principalmente en cuanto a salario, no ser tenidas en cuenta su opinión en el trabajo y la indefinición de funciones a realizar. En este sentido, en el cuestionario se reportan situaciones como dirigirse a la mujer de forma ofensiva (61%), asignación de tareas, competencias o responsabilidades por debajo de su categoría profesional (32%), ser relegada en la promoción profesional (26%), problemas para acceder o continuar en el trabajo (22%), y relegada en la formación (15%).
Pero quizás una de las conclusiones más graves y que evidencian la “normalización” de este tipo de violencia en los entornos laborales es que las trabajadoras no se sienten seguras ni apoyadas a la hora de denunciar estas situaciones: el 72% de las mujeres víctimas no lo pusieron en conocimiento de la empresa y, de ellas, el 62% no lo hicieron por temor a vivir represalias. «Recibí críticas por parte de compañeros al ponerlo en conocimiento de la empresa», dice una de las mujeres que han participado en el estudio. «El acosador era mi propio jefe. Me despidió», «A día de hoy sigo en la empresa, me creyeron y lo invitaron a jubilarse. Sin embargo, nunca más cambié de puesto ni promocioné», testimonian dos más.
Consecuencias
La investigación recoge también las consecuencias que este acoso tiene para las mujeres, tanto a nivel profesional como personal. Muchas afirman que «ha marcado su vida, en algunos casos se han visto obligadas a cambiar de ciudad, de entorno social, de sector laboral, etc. para poder seguir adelante». El 88% de las mujeres víctimas no cogió ningún tipo de baja, a pesar de que se manifiestan alteraciones de la salud psicológica vinculadas con el estrés como son los traumas emocionales, la ansiedad, la depresión y también estados de nerviosismo y sentimientos de baja autoestima. También se han reportado trastornos de la salud física, como los relativos al sueño, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, hipertensión, entre otros.
En 2019, solo el 4% de los convenios de empresa incorporaban la definición de acoso sexual según consta en el artículo 7.1 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres de igualdad. En relación con la tipificación del acoso sexual y acoso por razón de sexo como faltas en los convenios: solo el 10% de los convenios revisados califican el acoso sexual como falta grave o muy grave; en el caso del acoso por razón de sexo este porcentaje baja hasta el 3%.
El estudio concluye señalando la necesidad de impulsar acciones de sensibilización y formación tanto en el conjunto de la sociedad como en las empresas; y en el aspecto práctico, brindar orientación específica a las mujeres trabajadoras sobre los procedimientos y las acciones a llevar a cabo, promoviendo la denuncia para romper el silencio que rodea estas acciones en el ámbito laboral.