Sohei Kamiya, líder del partido Sanseito, ha irrumpido con fuerza en el escenario político japonés tras las recientes elecciones a la Cámara Alta, donde su formación logró 14 escaños, consolidándose como la tercera fuerza de la oposición. Este exmiembro del Partido Liberal Democrático (PLD), conocido por su admiración hacia el expresidente estadounidense Donald Trump y su estilo político audaz, está dando un nuevo aire a la política japonesa con un discurso nacionalista y polémico.
Desde 2020, Kamiya ha ganado notoriedad difundiendo teorías conspirativas sobre la pandemia de Covid-19 y criticando duramente las medidas restrictivas del Gobierno. Su mensaje, que incluye el lema “¡Los japoneses primero!”, ha calado especialmente entre hombres de entre 30 y 50 años descontentos con los partidos tradicionales y preocupados por la flexibilización de las políticas migratorias.
El Sanseito también se ha posicionado en contra de la comunidad LGTB y de las políticas feministas, con Kamiya defendiendo un rol tradicional para las mujeres y cuestionando la Constitución pacifista de la posguerra. Su discurso ultra nacionalista revive viejos eslóganes de la época imperial y apela a un Japón más fuerte y soberano frente a lo que denomina una “invasión silenciosa” de inmigrantes.
La irrupción de este ‘Trump japonés’ refleja la creciente inestabilidad política en el país, golpeado por la crisis de los precios del arroz y el envejecimiento de la población, que ahora enfrenta un debate sobre identidad, inmigración y el rumbo futuro de su nación.
