En el Día Internacional de los Océanos que se celebra este lunes 8 de junio, Greenpeace recuerda que solo un 3% de la superficie de los océanos está protegida y denuncia que esta situación expone a la ciudadanía a la contaminación por desechos plásticos, la sobrepesca y otras actividades peligrosas como la minería en fondos marinos
El 66% de los mares muestra una alteración severa debido al impacto humano. Por eso, este lunes 8 de junio, Día Internacional de los Océanos, es necesario insistir en la necesidad de proteger estos ecosistemas, que suponen el 70% de la superficie del planeta y que son la base de la vida en él. Sin unos océanos sanos, nos enfrentamos a efectos catastróficos en la biodiversidad, la alimentación y el clima de la Tierra. La atmósfera contendría un 50% más de C02 y la temperatura del planeta sería tan alta que se volvería inhabitable. Mares y océanos son la fuente de alimento de 3.100 millones de personas, lo que hace esencial protegerlos y gestionarlos adecuadamente.
La contaminación que sufren los océanos es una de las amenazas más urgentes. Y el plástico tiene buena parte de responsabilidad. Si hace una década se estimaba que entre 4 y 12 millones de toneladas de desechos plásticos llegaban a los océanos a nivel mundial, esa cifra no ha hecho más que aumentar. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que los plásticos oceánicos son responsables de la muerte de cientos de miles de criaturas marinas cada año. Estudios recientes han encontrado microplásticos en heces humanas, lo que ilustra cuán generalizados son los plásticos en nuestro entorno y la necesidad de estudios adicionales sobre las implicaciones de los microplásticos para los humanos.
Lamentablemente, la crisis del Covid-19 está dejando a su paso un aumento en los plásticos desechables (mascarillas, monodosis, guantes… etc) lo que supone un nuevo paso atrás. “Todavía no hay cifras exactas del aumento de la contaminación por plásticos en esta pandemia, aunque es un elemento que salta a la vista. Ya podemos ver numerosos desechables tirados por las calles y no podemos olvidar que, a través de las alcantarillas, pueden descomponerse y llegar al mar”, ha declarado Celia Ojeda, portavoz de Greenpeace.
Precisamente, para recordar que los residuos de las ciudades pueden terminar en el mar, grupos de voluntarios/as de Greenpeace saldrán, a partir de esta semana, a las calles de diversas ciudades para recordar a los usuarios de desechables, que “el océano empieza en nuestras alcantarillas”.
Anteproyecto de Ley de Residuos
El reciente anuncio del Ministerio de Transición Ecológica sobre el Anteproyecto de Ley de Residuos debería ayudar a disminuir la contaminación por plásticos en nuestros mares, pero desde Greenpeace esperan que esta Ley mejore mucho antes de su aprobación final, de forma que «permita verdaderamente reducir los residuos que generamos y apostar por un modelo mucho más sostenible que el actual, que tan mal le está sentando a las masas de agua».
No podemos obviar en este Día de los Océanos otro de los problemas que padecen: la sobrepesca. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que una de cada tres poblaciones de peces, sobre las que hay información disponible, «está sobreexplotada». En un planeta en calentamiento donde el cambio climático, la acidificación de los océanos, la contaminación plástica y la destrucción del hábitat ya están diezmando la vida oceánica, la restauración de las poblaciones de peces y la garantía de una pesca bien gestionada es de suma importancia, no solo para salvaguardar la vida marina sino también para garantizar la seguridad alimentaria de 3.100 millones de personas, muchas en países en desarrollo, para quienes el pescado representa el 20% o más de la proteína animal a la que tienen acceso.
Ante este preocupante escenario, son «más necesarias que nunca medidas urgentes que mejoren el estado de los océanos». La petición de Greenpeace en este sentido es la «urgente creación de una red de santuarios marinos que cubra, al menos, un tercio de los océanos del mundo para 2030«. La pandemia ocasionada por el Covid-19 ha paralizado el Tratado de los Océanos en el que estaban trabajando gobiernos de todo el mundo bajo el auspicio de Naciones Unidas. Desde la entidad ecologista esperan que las negociaciones se retomen lo antes posible y finalmente se consiga la protección de una tercera parte de los mares del planeta.