Los inviernos más cálidos y el aumento general de las temperaturas están favoreciendo la expansión de las garrapatas por todo el territorio español.
La presencia de garrapatas en España está aumentando de forma notable en los últimos años, y los expertos apuntan directamente al cambio climático como una de las principales causas. Las temperaturas más altas y los inviernos suaves están modificando los ciclos biológicos de estos parásitos, que ahora comienzan su actividad antes de lo habitual y sobreviven durante más tiempo.
Esta prolongación de su periodo activo ha hecho que las garrapatas ganen terreno en regiones donde antes no eran tan comunes, y su presencia se ha intensificado tanto en zonas rurales como en áreas urbanas con vegetación.
Según los especialistas, este fenómeno está relacionado con una menor tasa de mortandad en las épocas frías, lo que permite que más ejemplares lleguen a la temporada de primavera y verano, épocas donde su actividad es máxima.
Qué hacer (y qué no hacer) si te pica una garrapata
Ante una picadura de garrapata, es importante actuar con rapidez pero también con cuidado. Nunca debes intentar arrancarla con los dedos, quemarla ni aplicar sustancias como alcohol o aceite. Lo correcto es usar unas pinzas finas, sujetarla lo más cerca posible de la piel y tirar suavemente hacia arriba, asegurándose de extraer todo el cuerpo, incluida la cabeza.
Después, se recomienda desinfectar la zona, vigilar si aparece una erupción o fiebre en los días siguientes y, si hay síntomas, acudir a un centro de salud.
Algunas especies de garrapatas pueden transmitir enfermedades como la enfermedad de Lyme o la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, por lo que la prevención es clave: usar ropa adecuada en zonas con vegetación, revisar el cuerpo tras paseos por el campo y proteger también a las mascotas.
