En el tratamiento del cáncer, la enfermería especialista en Familiar y Comunitaria y gestora de casos realiza un abordaje integral del paciente, convirtiéndose en un pilar básico con perfiles específicos que se adaptan a una enfermedad cambiante
El Consejo General de Enfermería (CGE), con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, que se conmemora hoy, sábado 4 de febrero, reclama la integración de los nuevos roles de enfermería, como las gestoras de casos o comunitarias, para lograr un abordaje integral en el proceso del paciente oncológico. La institución apunta que la integración de esta figura favorecerá un uso más eficiente de los recursos, aumentará la calidad de la atención a los pacientes y sus familias y minimizará el tiempo que transcurre entre procedimientos, acompañando a los pacientes desde la prevención y promoción de la salud hasta los cuidados paliativos.
El cáncer es una de las enfermedades más prevalentes en la sociedad y que mayor preocupación atañe en lo que a salud pública se refiere. Tanto que es la segunda causa de muerte en España. Tal y como indica el informe de estimaciones elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), los casos estimados de cáncer para 2023 son de 279.260, siendo 158.544 los casos en hombres y 120.715 en mujeres, destacando el de próstata, pulmón y mama como los de mayor incidencia. Una tasa que muestra la magnitud de esta enfermedad en la población y el riesgo de padecerla en un futuro próximo.
Abordaje integral
Las experiencias que experimenta cada paciente con cáncer difieren mucho unas de otras. Sin embargo, la conclusión a la que ha llegado el Comité Científico All.Can Spain, del que forma parte el CGE, es que los pacientes con cáncer sufren una profunda confusión en el proceso del cáncer y todo ello parte desde el diagnóstico. Por ello, la figura de la enfermera especialista en Familiar y Comunitaria y la gestora de casos facilita esa coordinación necesaria entre equipos para ofrecer a los pacientes un abordaje integral que vaya desde la mejora de herramientas en Atención Primaria, garantizando la prevención y promoción de la salud, siga por la comunicación e información estructurada a los pacientes y continúe con el apoyo psicosocial del mismo, elementos que formarán parte de un desarrollo de atención de calidad del paciente oncológico.
“El cáncer es una enfermedad cambiante y, por ello, es necesaria la figura de las enfermeras especialistas y expertas como las de Atención Primaria y las gestoras de casos, una figura que cuenta con un perfil muy específico capaz de realizar un tratamiento integral de estos pacientes. Es necesario establecer con claridad los nuevos roles de enfermería porque eso reforzará la coordinación entre niveles y acompañará al paciente y sus familias a lo largo de todo el proceso, desde la prevención hasta los cuidados paliativos en una enfermedad que, por desgracia, incrementa su incidencia con el paso de los años y se ha vuelto crónica en muchos casos. Las enfermeras son fundamentales en todos los niveles asistenciales y las administraciones deben apostar por ellas, pues son imprescindibles para ayudar y acompañar a los pacientes desde el inicio de la enfermedad”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.
Enfermeras Gestoras de Casos
Gracias a su visión holística, las enfermeras, como profesionales más cercanos a los pacientes, son imprescindibles para detectar a tiempo posibles casos. Por ello, reclaman una mejora de las herramientas para poder agilizar el diagnóstico de estos casos y así contribuir a salvar vidas. “Las enfermeras están presentes en todo el circuito oncológico, desde la prevención y promoción de la salud, hasta la detección precoz de posibles síntomas, siguiendo con la atención y tratamiento de los pacientes que viven el cáncer como un proceso crónico, en muchos casos, hasta el acompañamiento al final de la vida con los tratamientos paliativos. Es fundamental que se tenga en cuenta a las enfermeras como parte del equipo multidisciplinar de Atención Primaria porque favorecen el uso eficiente de los recursos gracias a su visión holística del sistema, su capacidad de gestión y análisis de los cuidados y a su mayor accesibilidad. Sin duda, su implantación real en todos los ámbitos supone una mejora de la calidad de vida no sólo de los pacientes, sino también de sus familiares y todo su entorno y, por supuesto, del sistema sanitario”, concluye Pérez Raya.