La decisión del Gobierno de prohibir la pesca de gamba roja a partir del próximo 19 de diciembre ha provocado indignación en el sector pesquero, que considera que esta medida pone en riesgo su estabilidad económica durante una de las épocas más importantes del año. La restricción, impuesta para proteger los caladeros y garantizar la sostenibilidad de la especie, coincide con la temporada alta de demanda, lo que agravará las pérdidas de los pescadores.
Sin embargo, la polémica no se limita a la paralización de la actividad. Representantes del sector han denunciado que, mientras los pescadores españoles estarán sujetos a esta restricción, Marruecos continuará capturando y vendiendo gamba roja en el mercado europeo, lo que consideran una competencia desleal. “Mientras nosotros estamos obligados a parar, Marruecos llenará los mercados con sus gambas, aprovechando nuestra ausencia y afectando aún más a nuestros ingresos”, señalan fuentes del sector.
Desde el Gobierno defienden que la medida responde a criterios científicos para preservar la gamba roja y que es esencial para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. No obstante, los pescadores exigen una revisión urgente de esta decisión y medidas compensatorias, denunciando que la normativa deja en desventaja a las flotas españolas frente a las marroquíes, que siguen operando sin restricciones similares.
El conflicto pone sobre la mesa la necesidad de un equilibrio entre la conservación de los recursos marinos y la protección de los derechos y el sustento de los pescadores españoles, especialmente en fechas tan significativas como la Navidad.