Este miércoles se ha celebrado, como cada mes, el círculo de silencio de Ceuta para solidarizarse con las personas migrantes y refugiadas, donde han exigido que se ofrezca una acogida digna, que se respeten los derechos de la infancia migrante, que se creen vías legales y seguras por las que se pueda ejercer el derecho a la libre circulación y que se respete la dignidad de todas las personas
En la tarde de este miércoles ha tenido lugar el Círculo de Silencio en la Plaza de la Constitución de Ceuta, una iniciativa que se celebra todos los segundos miércoles de cada mes que este diciembre fue atrasado porque era día festivo, con el que muestra su solidaridad con las personas migrantes y refugiadas.
En este encuentro, se ha leído un manifiesto en el que, como vienen denunciando en cada círculo de silencio, señalan «la falta de vías legales y seguras para migrar pone en peligro y causa la muerte de miles de personas cada año». Queriendo en esta ocasión mostrar «nuestro dolor e indignación» por la desaparición de cinco menores marroquíes el pasado martes 30 de noviembre en el Estrecho. Alae Akka, Ahmed El Mehdi, Brahim Abughar, Tarik Rbati y Yahya Laroussi, partieron de Ceuta en una pequeña embarcación hacia la península sin documentación ni teléfonos móviles.
«Desde entonces, ninguna autoridad, ni organización ni centro de menores ha podido localizar a los chicos ni a la embarcación. Estos chicos, que llegaron a Ceuta el pasado mes de mayo durante la crisis humanitaria que llevó a miles de personas a entrar a la ciudad, no se hubieran visto obligados a tomar esta decisión si hubieran sido acogidos en recursos dignos y adecuados, atendiendo a su situación de menores y su interés superior», han contado.
También han denunciado que en Ceuta se haya producido «de manera sumaria e ilegal» la expulsión de dos menores de 15 y 16 años el pasado 28 de noviembre por las fuerzas de seguridad de España. «A pesar de que su devolución estaba suspendida por orden de un Juzgado de la ciudad, a pesar de que estos chicos contaran con abogadas de Fundación Raíces y Coordinadora de Barrios para su defensa y a pesar de que manifestaron su deseo de permanecer en España, se incumplió la legislación y se vulneraron los derechos de estos niños, devolviéndolos al país del que huyeron», denuncian.
En su comunicado, también han aprovechado para denunciar que «la Fiscalía de Ceuta archivara la causa de las devoluciones en caliente de menores. Según argumentó, no se acreditó la minoría de edad del chaval retornado inmediatamente después de pisar la playa ceutí. Nada importó el principio de «presunción de minoría» incluido en la Convención sobre los Derechos del Niño, aplicado a cualquier persona que podría ser menor de edad, ya sea porque lo dice o porque lo aparenta. El daño que se causó a un menor tratándolo como un adulto, como en este caso, es irreparable. Una vez más, las violaciones de derechos humanos en la frontera quedan completamente impunes».
Los activistas por derechos humanos han recordado en este círculo que «estamos a punto de cerrar el año 2021 con cifras fatídicas en relación a desapariciones y muertes en rutas migratorias hacia España. Las diferentes rutas de las pateras desde las costas de África se han cobrado en lo que va de año 1.255 vidas, de las que tres de cada cuatro corresponden solo a la ruta hacia Canarias. Se trata de la cifra más alta registrada por la Organización de Naciones Unidas para las Migraciones (OIM). Además, este balance se trata tan sólo de un mínimo, ¿cuántos naufragios “silenciosos” quedan fuera de estas estadísticas? No podemos seguir permaneciendo impasibles mientras estas cifras no hacen más que crecer, mientras siguen muriendo miles de personas en el mar».
Por último, a nivel europeo, aún en plena pandemia de la covid, con las consecuentes restricciones sanitarias y de viaje, Frontex, la agencia europea de control de fronteras, ha ejecutado en la primera mitad del año 8.239 devoluciones. Esta cifra supone casi el doble que en el mismo periodo en 2020.
Por todo ello exigen lo siguente:
- Que se ofrezca una acogida digna a todas las personas, migrantes y refugiadas, que llegan a nuestro país.
- Que se respeten los derechos de la infancia migrante, proporcionando unos recursos de acogida dignos que no empujen a los menores a intentar huir de la ciudad por vías que ponen sus vidas en peligro.
- Que se creen vías legales y seguras por las que se pueda ejercer el derecho a la libre circulación.
- Que se respete la dignidad de todas las personas, tanto migrantes como refugiadas.
«Lejos de tender puentes, de acercarnos o de acoger, las políticas de Europa se centran en seguir elevando sus muros, en el rechazo y en la indiferencia. Hasta que esto deje de ser así, hasta que construyamos una Europa que proteja los derechos de todas las personas, seguiremos denunciándolo cada segundo miércoles de cada mes».