El cáncer de ovario es una de las enfermedades que más muerte provoca en mujeres y un diagnostico a tiempo puede salvar muchas vidas
Este sábado 8 de mayo se conmemora el Día Internacional Mundial del Cáncer de Ovario, una enfermedad con aproximadamente 205.000 nuevos casos al año en todo el mundo, según datos de la AMS (Asociación de Mujeres para la Salud). Es el sexto cáncer más frecuente entre las mujeres y representa el 4% de los tumores femeninos
El cáncer de ovario es la enfermedad con peor pronóstico para las mujeres, ya que su diagnóstico suele detectarse tarde, debido a que reproduce síntomas poco específicos. Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la supervivencia global del cáncer de ovario se aproxima al 50%, sin embargo, varía en función de los distintos factores. Por eso, un diagnostico a tiempo puede salvar muchas vidas.
Existen tres tipos de cáncer de ovarios: carcinoma epitelial (es el más común, representa el 85-90% de los casos), tumores de células germinales (muy infrecuentes) y tumores del estroma (aún más infrecuentes).
El primero de ellos, el carcinoma epitelial es el que presenta la mayor tasa de mortalidad como consecuencia de ser diagnosticado en una etapa muy avanzada de la enfermedad. Además, se caracteriza por presentar unos síntomas difíciles de detectar al inicio y la ausencia de métodos de detención precoz. Estudios de la SEOM concluyen que es la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres tras el cáncer de pulmón, mama y colon.
Estos son algunos de los síntomas que pueden ser indicio de un cáncer de ovario. Es recomendable visitar al médico si se siente lo siguiente:
Distensión abdominal progresiva.
Sensación repetida y persistente de plenitud con la comida, incluso con pequeñas cantidades.
Molestias pélvicas y/o abdominales que persisten y no tienen una explicación lógica.
Molestias al orinar y/o hacer deposición que persisten y no se explican por otras causas.
Sangrado vaginal inapropiado.
Prevención
La prevención consiste en tomar medidas con el objetivo de reducir la probabilidad de desarrollar, en este caso, cáncer de ovario. Según la ASOAC (Asociación de Afectados por el cáncer de Ovario) la citología no sirve para detectar el cáncer de ovario, pero sí el de cérvix.
Las pruebas que se deben llevar a cabo para detectar si hay o no cáncer de ovario son:el examen pélvico, para observar el tamaño de los ovarios y del útero; marcadores tumorales, a través de una analítica y hacer una ecografía transvaginal.
Para la Asociación contra el cáncer (AECC) la prevención está en evitar factores de riesgo como: los tratamientos hormonales, la lactancia, el sobrepeso o la obesidad, el SOP (Síndrome del Ovario Poliquístico), el tabaco y el alcohol, la ausencia del embarazo o la mala alimentación.
¿Cómo ha influido la situación de pandemia en los pacientes oncológicos?
Una de las claves para tratar y coger a tiempo el cáncer de ovario es su temprano diagnóstico. Durante la pandemia el sistema sanitario se ha visto colapsado, perjudicando de lleno a los pacientes oncológicos, algo determinante sobre todo para las mujeres con cáncer de ovarios.
A pesar de que la Asociación Española contra el Cáncer haya hecho un estudio y concluya que muchas de las personas con cáncer están satisfechas con el trato sanitario recibido en los últimos meses, sí se ha observado que una de las principales preocupaciones eran los retrasos en las pruebas provocados por la pandemia, que, además, se relacionan con el malestar psicológico de estos pacientes; incluso más que los retrasos en los tratamientos.
El estudio refleja la disminución de la capacidad diagnóstica en todos los pacientes no-covid en los hospitales. “Durante la primera ola de la pandemia, se observó una disminución del 57% de la actividad diagnóstica en citologías en general. Esto dio lugar a una disminución del diagnóstico de cáncer con esta prueba del 30%”.
Además, la situación de crisis sanitaria y de confinamiento ha afectado también a la salud mental: “Se observa un importante efecto del confinamiento sobre los niveles de malestar psicológico clínico en la población con cáncer, concretamente en las variables referidas a sintomatología ansiosa y depresiva”, manifiesta el informe. Según AECC al 34,3% de la población con cáncer el confinamiento le ha provocado ansiedad y depresión.