Ana Trejo: «los partos serán complicados y en muchos casos la atención médica será deficiente, poniendo en peligro su vida y la de los propios bebés, como ya pasó durante el Covid»
Escrito por Cecilia Barba Arteaga
La invasión de Ucrania y la guerra con Rusia ha puesto de manifiesto la gran explotación reproductiva que sufren las mujeres ucranianas. Ucrania es uno de los principales focos del mundo para la “gestación subrogada”, aún sin haber cifras oficiales algunos medios aseguran que nacen 2.500 bebes al año por vientres de alquiler.
En el Estado español, la ley no acepta la gestación subrogada pero no sanciona la práctica de ella. Esto significa que la legislación española no condena que parejas recurran a terceros países, donde es legal o no está regulado, para acceder a este mercado. Según el proyecto Stop Vientres de Alquiler, Ucrania se sitúa como uno de los países favoritos para las parejas españolas que recurren a los vientres de alquiler, ya que es un destino barato: en este país ronda los 30.000 euros cuando en EE. UU. puede llegar a los 100.000 euros.
Una de las razones por la que Ucrania es un destino “low cost” es por el alto porcentaje de pobreza en el país, incidencia que aumentará de forma muy significativa si el conflicto se prolonga. En este contexto, la guerra también agravará la brecha de género y las mujeres. La precariedad en Ucrania tiene un impacto terrible sobre la vida de las mujeres, las expone a redes criminales que las someten a la explotación sexual y reproductiva. Las mujeres en contextos de conflictos armados sufren un incremento de la violencia sobre sus cuerpos, y las consecuencias económicas derivadas del conflicto que está viviendo Ucrania llevará a muchas mujeres a una situación de extrema vulnerabilidad que será rentabilizada por empresas, como las de gestación subrogada, para su explotación.
La guerra deja ver las realidades de la llamada gestación subrogada. En medio de las explosiones en Kiev, se encuentran 21 bebes fruto de los vientres de alquiler, atrapados. Bebes que, según nos cuenta Ana Trejo, fundadora de Stop Vientres de Alquiler, nacerán en un contexto de mucho riesgo no solo debido al entorno tan hostil de la guerra, también por el limbo legal de su nacimiento: “según la ley ucraniana los compradores han de estar presentes para que se les transfiera la patria potestad y guarda legal y para confirmar la nacionalidad de estos bebés”, nos cuenta Ana.
Numerosas parejas españolas se quejaban de su situación, apareciendo estos días en los medios contando su desesperación por no saber cómo se encontraba el bebe, aunque no la mujer embarazada. Tal y como nos cuenta Ana Trejo, la situación actual de estas mujeres es terrible. “Una guerra es la peor situación del mundo para cualquier mujer, más aún si está embarazada y más todavía si se trata de un embarazo no deseado, como es el caso de la subrogación”, nos cuenta Trejo. Se estima que 500 mujeres están embarazadas por contratos de explotación reproductiva para extranjeros.
La Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres reiteraba en un comunicado la necesidad de legislar contra la gestación subrogada en Ucrania, aboliendo los vientres de alquiler. Además, la Comisión insistía en la responsabilidad de los medios de comunicación de contar esta realidad de vulneración de las mujeres y no “blanquear la explotación reproductiva de las mujeres ucranianas”.