Ciudadanos presentó una propuesta hace meses con el interés de legalizar los vientres de alquiler en nuestro país. Se encontró con una fuerte oposición. Ahora, el partido de Albert Rivera tiene previsto llevarla al Congreso en uno de los primeros plenos de febrero, coincidiendo con el inicio del nuevo periodo de sesiones.
La equívocamente llamada “gestación subrogada” es rechazada por organizaciones feministas, colectivos de gays y lesbianas, y la mayoría de los grupos parlamentarios.
Sin embargo, la “industria” que rodea esta “práctica”, lleva meses tratando de instalar en el imaginario colectivo una imagen aséptica y feliz de lo que significa este proceso.
Alicia Miyares, filósofa, escritora y feminista, impulsora del movimiento ‘No somos Vasijas’, rechaza la utilización de los vientres de las mujeres con fines de gestación para otros, ya sea en su modalidad “altruista” o mercantil. La experta, que dedica gran parte de su tiempo a explicar su postura en distintos contextos, asegura que trasladar los argumentos no es fácil, porque quienes defienden la gestación subrogada se apoyan en un “magma emocional” y en un lenguaje que es un “eufemismo”, para que la ciudadanía no tome conciencia del verdadero significado.
En nuestro país, hasta el momento, solo Ciudadanos defiende la regulación de la llamada gestación subrogada, para lo cual ha presentado la propuesta de ley mencionada cargada de “contradicciones”. Como requisitos, plantea que este proceso, que consideran debe ser «altruista» (aunque con recompensa y nunca entre familiares), solo puedan formar parte de él mujeres con más de 25 años, españolas, haber sido madre con anterioridad, no tener antecedentes penales (“como si hubiera un gen de la delincuencia”, afea Alicia Miyares) y cumplir con una renta mínima. Eso sí, para quienes se ocuparán de educar al niño o niña, es decir, los padres que alquilarían el vientre, no se plantean condiciones.
A pesar del rechazo encontrado, Albert Rivera insiste y declara que espera que los partidos tengan «una visión progresista y liberal» ante la medida y den “libertad de voto a sus diputados”, según ha dicho en una entrevista en Onda Cero. «No hay que tener complejos ni visiones del siglo del pasado» ha afirmado. El líder de Ciudadanos quiere que “las familias españolas no tengan que viajar al extranjero y gastarse tanto dinero”. Como un ahorro, siguiendo la línea mercantilista apoyada por las agencias que se lucran con el mercadeo de bebés.
Un deseo no es un derecho
Ya en su momento, todos los partidos manifestaron su rechazo a esta “práctica” que “mercantiliza el cuerpo de las mujeres”. Algunos grupos de hecho, sometieron el tema a debate, dentro de sus bases y comisiones, como es el caso de Podemos, que acabó manifestando una posición contraria a los vientres de alquiler.
En sus declaraciones Miyares explica que la gestación subrogada se lleva a cabo mediante un contrato abusivo. “Pretenden equiparar un deseo, el de ser padre, con un derecho”. Además, se trata de un contrato que obliga a las mujeres a renunciar a un derecho fundamental jurídico que es la filiación, que contempla el Código Civil.
El supuesto “altruismo” de la mujer gestante es, según Miyares, una “trampa perversa”. El altruismo, según la filósofa, no necesita contrato. Además, “es imposible regular que no haya caja B”. La experiencia demuestra que no hay tantas mujeres dispuestas a “ceder” su hijo o hija a terceras personas si no hay compensación económica, como ha sucedido en Reino Unido o Canadá. En realidad, “la regulación facilitaría el registro de hijos de las parejas que van a seguir saliendo fuera a por ello”, es decir, “la regulación altruista lo que facilita es el mercado”.
“Con la gestación subrogada, la vida comienza en un contrato, en un momento anterior a que empiece la transferencia embrionaria”. En este contrato, el concepto de intención se usa para blindar la posición de los padres intencionales y dejar en una posición de indefensión jurídica a las mujeres. ¿Qué pasa si esa mujer se arrepiente? ¿Qué pasa si esa mujer quiere abortar, dentro del marco legislativo? No puede decidir libremente y tiene que pagar los gastos y además indemnizar a los padres por los daños morales.
Miyares, argumentó, en tercer lugar, que no se puede establecer una analogía con la donación de órganos –no hablamos de algo que se extrae de tu cuerpo para terceras personas por riesgo de enfermedad o muerte-. Por último, dijo, “la utilización del concepto de libertad se convierte en parodia cuando la utilizas para restringir derechos”. Y, cuando no existe una situación de igualdad.
Frente a esas noticias tan “limpias” y “favorables” a la regulación de esta práctica que mueve miles de millones de euros en el mundo, hay algunas noticias sobre vientres de alquiler que no son tan resaltadas ya que perjudican el negocio de compra-venta de bebés… que aparecen en un “hilo” que andan tuiteando desde ayer @gemmabe7 y @Barbijaputa, con ejemplos que no son tan deseables.
Puedes conocer argumentos en contra de los vientres de alquiler en estos enlaces:
Manifiesto de No somos vasijas
Comunicado internacional contra la práctica del alquiler de vientres