‘Save the Children’ considera que la falta de apoyo a estas medidas resulta inexplicable en un contexto de escalada de precios y empeoramiento de las tasas de pobreza infantil en España
Save the Children manifiesta su decepción tras el veto o rechazo en la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado de la mayor parte de enmiendas que tenían como foco consolidar los derechos de la infancia y mejorar sus condiciones de vida. Las enmiendas han sido rechazadas por varios grupos parlamentarios, entre ellos los del Gobierno. El rechazo se ha producido ya dos veces, tanto en Ponencia como en Comisión.
«Sin recursos suficientes, los derechos más básicos de la infancia no pueden cumplirse. A dos días para la conmemoración del Día Mundial de la Infancia, esta respuesta política evidencia la necesidad de seguir luchando por los derechos de la infancia en un país con las mayores cifras de pobreza infantil de la Unión Europea, solo superado por Rumanía», asegura Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política de Save the Children. «Los llamados presupuestos más sociales de la historia no deberían dejar de lado al colectivo más vulnerable frente a la pobreza y cuyos intereses deberían ser antepuestos frente a otros en caso de conflicto», añade.
Save the Children recuerda que la infancia y la adolescencia son un colectivo que históricamente ha estado infradotado de recursos: la inversión en apoyo a familias e infancia en España es del 1,6% del PIB frente al 2,5% de media en la Unión Europea. Además, es contradictorio que en un año en el que se han asumido grandes compromisos con la infancia, como puede ser el Plan de Acción Estatal para la implementación de la Garantía Infantil Europea, el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil o la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, no se dediquen los recursos suficientes a hacer efectivas las políticas recogidas en estos marcos de políticas públicas.
PGE sin perspectiva de infancia
Hay varias cuestiones especialmente relevantes que han quedado fuera de los presupuestos, no solo en su redactado inicial, sino en los sucesivos trámites de enmiendas. En primer lugar, aquellas medidas orientadas a hacer frente al aumento del coste de la vida. La escalada de precios de los últimos meses ha convertido la crianza en un auténtico reto para muchas familias, que ven cada vez más difícil cubrir los 672 euros al mes que cuesta criar a un hijo o hija. Sin embargo, España no cuenta con un esquema de apoyo a la crianza. Aunque en los últimos años se ha avanzado en ayudas específicas para luchar contra la pobreza infantil, especialmente el Ingreso Mínimo Vital y el complemento a la crianza para las familias con hijos e hijas perceptoras de IMV o con ingresos bajos, el principal apoyo a la crianza continúa canalizándose a través de deducciones fiscales, que benefician a las clases medias y altas, pero excluyen a las familias de menor renta que no tributan. El reto es, por tanto, avanzar hacia la universalidad de estas deducciones –también para las rentas bajas – y aumentarlas, para homologarnos al resto de la UE.
Por todo ello, un elemento esencial en estos presupuestos era la inclusión de una nueva prestación desde los 0 a los 17 años y de al menos 100 euros mensuales a través de una deducción fiscal reembolsable universal fija. La inversión necesaria para esta medida son 5.600 millones de euros. Si esta inversión no fuese posible, organizaciones como Save the Children planteaban la universalización de la ayuda a niños y niños de 0 a 3 años planteada por el Gobierno en el proyecto de Presupuestos, extendiéndola a las hijos e hijas de madres en situación de inactividad, no haciéndola depender de la situación laboral de las madres y convirtiéndola en un derecho de los niños y niñas.
Asimismo, la organización considera realmente preocupante que tampoco se hayan incorporado las enmiendas relacionadas con garantizar las becas comedor a los niños y niñas en situación de pobreza. Actualmente estas becas cubren al 11,2% de los niños y niñas en edad escolar, mientras que la tasa de riesgo de pobreza alcanza el 28,9%, siendo, además, la tasa de cobertura muy desigual entre comunidades autónomas. Con una nueva partida de 468 millones de euros que gestionarían las autonomías se podría avanzar de manera contundente hacia la garantía de una beca de comedor completa para todos los niños y niñas en situación de pobreza. Esta cantidad supone el 10% de lo que se va a destinar a medidas contra la inflación en el ámbito del transporte. Ante una situación de recursos limitada, Save the Children plantea también la posibilidad de una primera inversión de 120 millones de euros para ir acercándose al horizonte de la gratuidad para todos los niños y niñas en situación de pobreza. Esta iniciativa ha sido incorporada por varios grupos, pero bien ha sido rechazada o vetada.
En relación al aumento del coste de la vida y la crianza, la bajada del IVA de los pañales es otra de las medidas propuestas por varias organizaciones de infancia. En España, el consumo de productos de ‘primera necesidad’ está gravado al 4% del IVA, el tipo superreducido. Se trata de alimentos básicos como pan, leche o huevos o productos sanitarios como medicamentos, prótesis o sillas de ruedas. En este contexto inflacionista, el Gobierno ha rebajado el IVA de luz y gas (al 5%) y en estos PGE de productos básicos sanitarios como compresas y tampones al 4%. Sin embargo, los pañales de uso infantil se gravan al tipo máximo, el 21%, algo incomprensible dado que evitan infecciones, irritaciones y los pañales para adultos están gravados al 10% y se dispensan gratuitamente con receta. El consumo de pañales se concentra entre los 0 y 3 años, con un gasto medio de 44,34 euros al mes y especialmente concentrado en el primer año de vida. Dado el coste de la crianza al que se enfrentan las familias con hijos e hijas, 672 euros por mes/hijo o hija, y en aumento con los niveles actuales de inflación, hubiera sido el momento de reducir esta carga fiscal injusta que disminuiría la recaudación tributaria en tan solo 108,3 millones de euros anuales, según Save the Children.
La pandemia ha triplicado el número de trastornos de salud mental entre los niños, niñas y adolescentes. Un 3% de niños, niñas y adolescentes entre los 4 y 16 años tuvieron pensamientos suicidas el año pasado en España. Los niños que viven en familias de bajos ingresos tienen hasta cuatro veces más trastornos mentales y de conducta que aquellos que viven en hogares acomodados. Hay dos ámbitos clave para promover una mejor salud en la infancia: las escuelas y los servicios sanitarios. En los colegios, el personal educativo debe contar con las herramientas para prevenir y detectar tempranamente los problemas de salud mental y riesgos suicidas de los alumnos. Por ello, Save the Children considera fundamental apoyar la creación de un programa de formación que llegue a todos los profesores y profesoras.
En la sanidad pública, el reto es reducir las listas de espera, acortar el tiempo entre cita y cita y alargar el tiempo de consulta dedicado a los pacientes. Para ello, resultaría fundamental aumentar el número de profesionales en salud mental especializados en infancia y juventud. Estas medidas están contempladas en la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026 y el Plan de Acción promovidos por el Ministerio de Sanidad y que prestan una atención prioritaria a la infancia y adolescencia; pero para que se desplieguen cuanto antes y surtan efecto hay que dotarlas económicamente.
«Todavía existe una ventana de oportunidad para que estos Presupuestos no defrauden a la infancia: si los partidos mantienen vivas las enmiendas que han presentado, algunas de ellas podrían ser votadas y aprobadas en el Pleno del Congreso, e incluso los grupos parlamentarios que representan al Gobierno podrían levantar el veto para que sean tenidas en consideración en el Pleno», concluye Perazzo.