En los últimos días vemos como, a través de los medios de comunicación, en todo el territorio nacional, se responsabiliza a las personas jóvenes de los aumentos de casos positivos de COVID-19 en nuestro país. Esto supone un fuerte agravio a las personas jóvenes, que ven como una vez más se les culpabiliza, achacándonos de irresponsables.
En algunos periódicos hemos podido leer como se quiere hacer ver que “las aglomeraciones de jóvenes que parecen haber olvidado que durante algo más de dos meses estuvieron confinados en sus casas y que el virus sigue presente”.
Si bien es cierto que el fenómeno del botellón sigue y seguirá presente por lo que se deben tomar medidas para evitar problemas de salud y conflictos, no podemos obviar que estas no son las únicas situaciones de alto riesgo que nos podemos encontrar a diario.
Las medidas de seguridad para evitar la propagación del COVID son claras, distancia social, uso obligatorio de mascarillas, evitar aglomeraciones y el uso de geles hidroalcohólicos entre otras. No obstante, en tan sólo un paseo podemos encontrar numerosas personas que no cumplen con las medidas básicas de seguridad sanitaria.
Podemos ver como muchas personas no utilizan adecuadamente las mascarillas y en ocasiones ni tan siquiera las llevan, personas que no cumplen con las medidas de distanciamiento social y quienes, durante las distintas fases de la desescalada, no cumplieron con las medidas de aforo máximo. Vemos también lugares como bares, playas, piscinas, salas de ocio nocturno en los que el incumplimiento de las medidas sanitarias es visible, no por los propios propietarios o responsables de los establecimientos sino por las personas que a diario acuden a esos espacios.
En todas estas situaciones podemos encontrar personas jóvenes, pero también vemos personas mayores de 31 años, en cambio en los titulares y en las propias noticias siempre encontramos términos asociados a la juventud, citados de forma implícita o explicita. Provocando así el agravio hacia las personas jóvenes. Un colectivo maltratado durante años, que está sufriendo la segunda crisis económica en los últimos 12 años, viendo como sus planes de vidas se ven truncados.
La inestabilidad económica, la precariedad laboral, la brecha generacional que vuelve a crecer provocando que la juventud gane un 40% menos y el afán por culpabilizar a las personas jóvenes de la situación actual están provocando que, además de sufrir las consecuencias de la crisis económica, los casos de ansiedad y depresión entre las personas de 18 y 30 años se hayan visto aumentados desde el inicio de la pandemia. La irresponsabilidad ciudadana, a la hora de cumplir con las medidas sanitarias, no se ve influenciada por la edad de la persona.
Por este motivo, desde el Consejo de la Juventud de la Ciudad Autónoma de Ceuta, solicitamos a la ciudadanía -y en especial a los medios de comunicación- que no se responsabilice a las personas jóvenes del aumento de los casos activos. A lo largo de esta pandemia, muchas personas jóvenes hemos estado en primera línea para frenar el virus, algo que hemos hecho de forma altruista y por el bien común. Por este motivo nos duele ver como se nos achaca de provocar el aumento de casos activos.
El CJCE, quiere agradecer a todas las personas jóvenes o no que durante esta crisis han estado en primera línea combatiendo el COVID-19 así como a las personas que han cumplido y cumplen con las medidas sanitarias. Por último, informar que tanto el CJCE como el Consejo de la Juventud de España y el resto de los consejos de la juventud autonómicos han acordado trabajar de forma conjunta para frenar este tipo de noticias que únicamente pretenden dañar nuevamente la imagen de las personas jóvenes.