Juan Jose Contreras
Historia de ficción.
No hace mucho, recibí una llamada de mi amigo Iker Jimenez, quién me manifestó su intención de venir a Ceuta acompañado de su mujer Carmen María. En un principio pensé que pretendía pasar unos días lejos de los focos y el desgaste psicológico que imprime llevar un programa de televisión como “Cuarto Milenio”, pero nada más bajarse del helicóptero me pidió que lo llevase al hotel más cercano al hotel DE LOS FANTASMAS para refrescarse e inspeccionar el edificio objeto de su viaje. Quedé desconcertado, pues llevaba muchos años en la ciudad e ignoraba todo lo concerniente a lo que me preguntaba.
Me rogó encarecidamente que le contase todo lo que conociera del apasionante tema que venía a estudiar y me aseguraba, que estaba dispuesto a traer a los expertos y catedráticos más conocidos del mundo en las diversas materias de lo desconocido, como la parapsicología, la demonología, la criminología y el ocultismo para estudiar el tema en profundidad. Le aseguré que de verdad desconocía totalmente el tema del que me hablaba. Afirmaban mis amigos que les había llegado un informe confidencial y totalmente creíble por quien lo firmaba, que el edificio se estaba regenerando solo, paredes, ventanas, puertas e instalaciones mejoraban día a día sin que existiera empresa alguna dedicada a ello, hecho que al parecer tuvo su precedente en el vecino edificio.
En la visita que giramos de inspección, quedé algo desconcertado al comprobar que efectivamente el estado del antiguo hotel había mejorado muy considerablemente sin que aparentemente hubiese una empresa dedicada a tal menester. Quedamos a las puertas del Parador de la Muralla al día siguiente y fuimos al Ayuntamiento a preguntar si existía algún tipo de autorización para intervenir en la ostensible mejora que se apreciaba y la respuesta fue negativa, tampoco había cartel anunciador de la empresa, arquitecto y aparejador que estuviese interviniendo y en la Policía Local tampoco tenían noticias de la regeneración espontanea que se estaba produciendo. Todo ello nos vino confirmar a los tres, Iker, Carmen y un servidor, que teníamos la mejor atracción turística posible en Ceuta y los ceutíes sin enterarnos. Tenemos un hotel con fantasmas, donde las mejoras se hacen solas. Mi amigo Iker quedó en volver con el buen tiempo y todo su equipo a filmar este fenómeno paranormal auténticamente caballa.