Casi medio siglo después de la sentencia del Tribunal Supremo de EEUU que consagró el aborto como un derecho, se ha filtrado un borrador de sentencia en el que al menos cinco de los nueve jueces que conforman el alto tribunal pretenden revocar la histórica decisión
Todavía hoy los derechos sexuales y reproductivos están lejos de ser una realidad para millones de mujeres en muchos países del mundo. Son los derechos que más cuesta incluir en las agendas y legislaciones y los primeros que se caen de ellas. Así lo confirmaban expertas con gran experiencia en organismos y cumbres internacionales en una jornada sobre el enfoque de género en la ayuda exterior, organizada por SEDRA-Federación de Planificación Familiar y la Coordinadora de ONG para el Desarrollo. No hablamos solo de países del sur global. En estos días hemos sabido que la Corte Suprema de Estados Unidos podría restringir el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo que este mismo tribunal blindó como derecho constitucional en 1973 a través de la histórica sentencia conocida como Roe contra Wade.
Casi medio siglo después de la sentencia del Tribunal Supremo de EEUU que consagró el aborto como un derecho, se ha filtrado un borrador de sentencia en el que al menos cinco de los nueve jueces que conforman el alto tribunal pretenden revocar la histórica decisión. El borrador fue publicado por Político, pero el tribunal ha reconocido la autenticidad del documento. Se trata de una decisión que se espera para junio de este año sobre el derecho al aborto en EEUU, en concreto, sobre una propuesta legislativa del estado de Misisipi para limitar las semanas en las que abortar estaría dentro de la legalidad.
El documento se trata de un «primer borrador» y el veredicto definitivo no se espera hasta finales de junio o principios de julio. En principio, parece poco probable que el texto y el sentido de los magistrados en unos meses, aunque la información ha generado un gran impacto. De hecho, la filtración de una decisión del Supremo sobre un tema tan controvertido y aún en discusión es un hecho sin precedentes en la historia reciente de EEUU.
«La Constitución no hace ninguna referencia al aborto, y ningún derecho de este tipo está protegido implícitamente por ninguna disposición constitucional», se puede leer en la argumentación de Alito, que suscriben los magistrados Clarence Thomas y los tres propuestos para el máximo tribunal por el expresidente Donald Trump (2017-2021): Neil M. Gorsuch, Brett M. Kavanaugh y Amy Coney Barrett. «Es hora de hacer caso a la norma fundamental y devolver el tema a los representantes elegidos por el pueblo», sentencia el borrador.
No hay ninguna ley en EEUU que permita el aborto a nivel federal. Lo que existen son dos sentencias fundamentales del Tribunal Supremo, Roe contra Wade (1973) y Planned Parenthood contra Casey (1992), que han prohibido vetar el aborto en todo el país hasta la viabilidad del feto, es decir, cuando puede vivir fuera del útero, lo que, según el Supremo, está entre 23 y 24 semanas.
De aprobarse la decisión que recoge el borrador filtrado, no supondría la ilegalización del aborto en EEUU, sino que cada estado sería libre de regularlo como quisiera. Pero lo cierto es que Misisipi no es el único estado que ha intentado prohibir el aborto y que se abriría una puerta al bloqueo de este derecho fundamental para las mujeres.
En la jornada que citábamos al comienzo de este artículo, las personas que intervinieron recordaron que la ultraderecha, organizada y financiada por grupos poderosos, tiene como objetivo mermar los derechos humanos de las mujeres y, de manera especial, los relacionados con los derechos sexuales y reproductivos y que vienen tratando de imponer su intransigencia con fuerza. En Europa, Polonia es el caso más significativo, pero no el único –Turquía o el acoso a quienes ejercen sus derechos en numerosos estados, por ejemplo, también ilustran esta tendencia. En países de Latinoamérica, muy apoyados por el poder religioso y también político, estos grupos ejercen una resistencia feroz a la expresión de todo lo que suene a feminismo y a igualdad. También tratan de impedir que la cooperación y el apoyo a organizaciones de mujeres en los países africanos se efectúe con una mirada feminista. Y presionan desde organismos internacionales y en tribunales de todo el mundo.
Así parece haber sucedido en Estados Unidos. Tres de los integrantes nuevos del Alto Tribunal (Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett), nombrados por Trump, tienen antecedentes de oponerse a los derechos y salud reproductiva. Otros tres se han opuesto al acceso al aborto anteriormente. En sus manos, la legislación que regula un derecho fundamental para la vida de millones de mujeres.