En un lugar, de cuyo nombre no quiero acordarme, parafraseando a don Miguel, se hace referencia, una vez más, a la bonita historia, subidón de espuma del buen champán, de un determinado empresario, o lo que sea. Se amplía el relato a la de otros iluminados que, a base del poder de la luz de la información, también, encontraron petróleo sin necesidad de hacer perforaciones en el Sáhara, con la molesta arena y el calor extremo que deberá de hacer en el escenario del Principito, obra maestra. Con todo, hubo un pionero destacado al que siguieron otros en el difícil trabajo de la explotación de los pozos. En un lugar, de cuyo nombre no quiero acordarme, se habla de la libertad de expresión. Para nada se rememoran las circunstancias que acabaron con ese sueño hecho realidad, en tiempos difíciles. Nadie es profeta en su tierra. Bueno, es un decir.
DEL SIGLO 18, A LA ALTA DEFINICION
Nunca se investigó a fondo los casos de transfuguismo. Nada ocurrió cuando un exjefe del Gabinete de Prensa acude, con una policía local, adenunciara unpresidentede la Ciudad. Se pone de moda la inexistencia de responsabilidad, ante lo delicado de declarar en sede judicial, ni para la parte demandada, ni para la parte demandante. Sale gratis. Provocan daños en el holl del ayuntamiento. No recuerdo haber visto los datos aportados por la policía sobre el autor o autores. Puede que la memoria me falle. Tampoco conozco el resultado sobre la identificación de ese misterioso ciudadano a bordo de una pequeña lancha: doble, parecido, verdadero, montaje.
En la televisión nacional Cuatro, aparece en un informativo, que se estaban cometiendo actos de pecado mortal. Si se echa un vistazo a los medios locales de ese mismo día, la ausencia del escándalo, es la noticia relevante. Nadie investigó el rodaje, que a más de uno le vino de película, cuando, precisamente, se ocupa sombra en el árbol. Dejar de llevar los hilos visibles de la públicaen la que, si no ocupan 24 horas de pantalla, en rigurosa exclusiva, el alcalde, el que esté en cada momento, como que dimitirían ipso facto. Lo malvados que serían los ciudadanos, quitándoles el gustazo asqueroso de la imagen cansina. Ahora, con la alta definición, capaces son hasta de hacerse operaciones de cirugía plástica, aparentar menos edad. El lifting facial. Guapos y guapas. Y viceversa. Cuando se ausentan unos segundos de la pequeña pantalla, sufro síndrome de abstinencia. Con la práctica que tienen podrían dedicarse al mundo televisivo. Ni Belén les haría ni sombra ni competencia.
¿Existió indemnización cuando se vio obligado a mantenerse únicamente con la suya, hasta jubilación? Se le permite tener una tele privada y, al mismo tiempo, dirigir la pública(¿), del alcalde de turno. Ni un sólo profesional de la Facultad de Ciencias de la Información, ha dirigido la televisión pública(¿). El intrusismo, fomentado desde el poder. Conflictos de intereses descarados, amparados por la poltrona, con pólvora ajena, para variar. Se comparte abogado. El hijo del todo terreno es parte no entrañable, asimismo, de los impuestos.
¿Y el hijo del testaferro de una de las movidas madrileña? ¿Sigue pescando edificio con forma de barco?
Nadie investigó determinados cambios de uso. Súper-especulación. Un secretario general se trae de la Península a un constructor, bajo el reclamo de que Ceuta es una pequeña reserva africana que ya no era virgen, pero que todavía tenía rico mero al Riga Monti, plato exquisito, entre otros muchos, posibles degustar en el magnífico Delfín Verde del puerto.
Solares expropiados en su recorrido de origen, con cambios de uso, lucen edificios de primera donde viven, alguno ya no, caballeros cuya relación con el mundo farmacéutico, no va más allá del estricto familiar. El hecho de que un particular no siguiera recurriendo judicialmente, pues falleció, no evidencia más que la falta de unión de una familia, a la muerte de su cabeza, de su motor. Bien que han sabido aprovechar la debilidad. Con todo, ¿qué cosa pública existe sobre el solar objeto de expropiación?
A nadie sorprende detalle, por el mero hecho de haber trabajado con las torres gemelas, cuando su participación en la trama de pretender manchar el buen nombre de un juez, quedó con el verso pollice.
CON ANDALUCIA, O CEUTA QUEDABA FUERA DEL MAPA AUTONÓMICO
A nadie llama la atención símbolo olímpico, cuando bajo su tiempo, o era Ceuta con Andalucía, o quedábamos fuera del nuevo mapa político de España, sin más alternativas. Catalogó mi periodismo como de terrorismo moral.En su pleno derecho estaba.
Ese periodismo le permitió expresión. Yo tenía que cambiar el rumbo del periódico. No podía defender desde las páginas la doble vía. Se contrarió cuando observó que no había logrado convencerme, sin argumentos de peso, tomando café en playa Benítez, Casa Fernando. El marinero, encargado para el tema de la autonomía, no recibió por mi parte indicación alguna para que cambiara ni un ápice el rumbo de su magistral trabajo sobre la autonomía. De acuerdo con él en su etapa de brillante colaborador.
Participación en jaque y mate al pato. Se puede afirmar que fue el autor material, no el intelectual, de la desaparición del periodismo independiente y crítico en Ceuta.
Se crea, de la nada, un invento que para sí lo hubiera querido cualquier estratega. El ayuntamiento acude en ave al patrocinio de derrochar fondos públicos con tal de dar cobertura. Derrochar dineros con tal de contentar. No se desmantela el chiringuito. Aparece rápido otro comisario dispuesto a llevarse por delante a quien osara dudar de la grandeza estúpida de la gesta o conquista por los portugueses en la playa de San Amaro, con monos o sin ellos. Tan es así, que cuando el amo de la posada, decide eliminar, desmantelar, el fuerte, ante el clamor generalizado del pueblo, el nuevo sheriff toma revancha, venganza, cual vaquero de temer, y denuncia, tan alegremente. Tanto como decía querer a Ceuta, y va y pum: a pagarme miles de euros porque yo ya eracasi medio portugués, cantando fados. También es verdad. Que ese despido improcedente, lo tenga que asumir el ayuntamiento, en lugar de los cómplices políticos, es de vaya tela de pana pena.
Y que siga asistiendo a actos oficiales como si se tratara de un personaje, de rechazo social. No tanto porque haya denunciado al ayuntamiento, en defensa de sus supuestos derechos laborales, sino porque la historia portuguesa que se montaron, no tiene cabida en el mundo submarino aún por descubrir. Eso sí, hay que felicitar a esos aburridos genios que son capaces de crear colchones a medida de la necesidad de los cuentos que tengan a bien relatar a un pueblo que saben que de conciencia anda más bien corto.
Durante 40 años mi querido padre Joaquín fue el propietario del Faro. Que el ayuntamiento tanga a bien publicar las pesetas que le dieron. En el 77 asumí la dirección del periódico, por cinco años, hasta la “operación acoso y derribo”. Que el ayuntamiento tenga a bien publicar cuántas pesetas destinó a subvencionar el medio. Como en las bodas, que hable o calle para siempre
Si a un medio de comunicación, bajo el prisma de esa función de “útil socialmente”, “tema cultural”, se le subvenciona, dejaría de ser la situación ideal, pero no el fin del mundo. Ahora bien, el problema está cuando ese clientelismo se hace en base a perder el rumbo del barco de papel. Cantidades desproporcionadas de dineros públicos que hipotecan al medio, sin remedio, y pasan a ser o se convierten, en meros instrumentos del alcalde de turno. A veces ese turno se eterniza, se hace como de oficio. Con eso de que nos dio agua a la población, antes de su llegada a nuestras vidas, el elemento liquido nos lo cortaban sobre el mediodía, pues para rato que estamos agradecidos, así gestione mal, regular, o bien. El alcalde zahorí.
La opinión pública, informada a través delacensura previa, no ha sabido diferenciar,valorar, entre aquellos editores que apostaron decididamente por huir abiertamente del control del gobernante, y aquellos que hicieron del medio su mediopara enriquecimientos, dejando a un lado el servicio esencial que deben prestar, para servir otros intereses: llenar sus bolsillos rotos. Con el agravante de que el que más ha estado chupando de la vaca de leche condensada, ni tenía ni tiene el motor, la sala de máquinas, en la localidad. Es decir, con los fondos públicos, se paga la mano de obra y materiales de impresión, fuera de la ciudad.
Ese empresario, o lo que sea, si se permite hacer lo que hace, después de tantos años, es porque se juntan el hambre con las ganas de comer. Los diferentes alcaldes de Ceuta, de esta democraciade dictadura encubierta, para seguir votando. Quien lo haga.
Por enésima vez, salta el debate sobre la intervención gubernamental sobre los medios de comunicación, cuando es la misma tontería de siempre. Ya existen los juzgados para limitar el derecho a la libertad de expresión, caso de que el derecho de réplica no fuera suficiente, o el daño causado a través del efecto multiplicador, fuera constitutivo de un supuesto delito penal. Denunciar públicamente sin pruebas que avalen.
El debate no debería de ser esa discusión. Se debería de crear un grupo de periodistas profesionales de carrera, que fueran los que repartieran los fondos públicos de esa subvención, la denominada publicidad institucional, a los medios de comunicación de cada lugar. Que los políticos no fueran quienes decidieran el reparto. La presencia de la Oficina de Justificación de la Difusión, la OJD, necesita de un control externo al político, al objeto de no dejar fuera del reparto a aquellos medios que no son de la cuerda del gobernante.
La obligatoriedad, insisto, de estar en posesión de la carrera para ocupar puestos claves de responsabilidades, en medios oficiales o tutelados, directa o indirectamente, por alguna institución, son o deberían de ser, requisitos, sine quanon para no prostituir la profesión.
La publicidad comercial, los suscriptores, los mejores aliados para una prensa libre. Y la decencia.
La manipulación, la desinformación, el servilismo, el impuesto revolucionario, el mirar para otro lado, la falta de investigación, el enriquecimiento entendiendo que un medio es una máquina de hacer dinero. Un periódico no es ninguna ONG, pero tampoco debería de ser un negocio al uso. Su condición de ser útil, de cumplir una función social, debe primar sobre el hacer caja.
En Madrid, de forma generalizada en la cronología, Felipe González, hizo millonario a Juan L. Cebrián. En Madrid, José María Aznar, Mariano Rajoy, hicieron millonario a Pedro J. Ramírez. La izquierda y la derecha, El País y El Mundo, faltando a esa verdad rigurosa periodística, que ahora se pretende reivindicar.
En Ceuta, desde que se perdió la independencia del periodismo, desde el año 1982, cada uno de los sucesivos alcaldes, han estado por la labor de destinar enormes cantidades de dineros, para controlar, para tener todo atado y bien atado, como ocurría durante el franquismo.
Con Franco, el periodista crítico, corría el riesgo de ser fusilado, máxime en los años duros de la represión, si te salías de larayacontinua de la calzada. Si adelantas con rayas discontinuasen la carretera, asfaltada con alquitrán de mierda, de ésta pequeña y olvidada reserva africana, te condenan, envida y de por vida, a la depresión.
Es invisible a los ojos del ser humano. Sin embargo, su daño golpea con fuerza inusitada, y su rastro llena de lágrimas los corazones. No lo veremos, pero su reguero de dolor, está por todas partes. Me uno, con mi tristeza a cada fallecido en el mundo, y en ésta tierra de arena. Yo, también, tengo miedo al maldito virus.
He llegado hasta el cuarto párrafo. No he podido seguir. No me dice nada. No despierta el interés del lector por llegar al final para ver el desenlace. Este artículo es infumable, de difícil de digestión. Esta clase de periodismo se ha quedado antiguo, huele a naftalina, a rancio. Hoy día si no se atrapa al lector en el primer párrafo, el lector te abandona. Palabras y más palabras, solo palabras, ninguna idea. Lo importante se cuenta con pocas palabras, cuando hay demasiadas es que lo que se cuenta no es importante. Si hay otras lecturas que reclaman la atención del lector, ¿por qué perder tiempo en esta clase de lecturas? El autor, Tato Ferrer, debería reciclarse. Abandonar ese estilo antiguo, mas propio de El Faro de los ¿60, 70, 80? La claridad es la cortesía del filosofo, se suele recordar. Y no solo del filósofo, sino de todo aquel que se proponga que el lector se interese por lo que él ha escrito. Goytisolo solía decir aquello de ‘escribir para inquietar’. Pues eso, ‘inquietemos’. Acaso, lo importante resida en cómo se cuenta, en el relato. Saber contar es, quizá, lo impotante. Todo lo anterior dicho sin acritud, con cordialidad. Saludos.