La Red Estatal de Mujeres de SALUD MENTAL ESPAÑA denuncia que, a la elevada tasa de desempleo que sufren las personas con problemas de salud mental, se suman las barreras de acceso al empleo a las que deben enfrentarse las mujeres por el hecho de serlo.
Estas circunstancias dificultan la autonomía de las mujeres con trastorno mental y las obliga a vivir en una situación de mayor aislamiento y desprotección.
Las mujeres de la Red reivindican un mercado laboral orientado a la conciliación, adaptado a la diversidad, no sexista y respetuoso con la salud mental.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra hoy 8 de marzo, la Red Estatal de Mujeres de SALUD MENTAL ESPAÑA denuncia la situación de doble discriminación que sufren las mujeres con problemas de salud mental en el acceso al empleo y en el ámbito laboral. “Estas circunstancias dificultan nuestra emancipación y autonomía obligándonos a vivir en una situación de mayor aislamiento y desprotección”, señalan en el manifiesto que la Red ha elaborado, y en el que se recogen una serie de reivindicaciones que ponen de relieve las desigualdades que padecen en distintos ámbitos.
Las personas con discapacidad perciben ingresos menores que la población sin discapacidad y, dentro de la discapacidad, también las mujeres cobran menos que los hombres (un 14% menos), según la Fundación CERMI Mujeres. De igual modo, las mujeres con discapacidad tienen menor salario que las que no la tienen. Además, a la elevada tasa de desempleo entre las personas con trastorno mental (tan solo un 16,9% tiene trabajo), se unen las barreras añadidas por el hecho de ser mujer. Por todo ello, la Red Estatal de Mujeres reivindica “un mercado laboral orientado a la conciliación, adaptado a la diversidad, no sexista y respetuoso con la salud mental”.
El ambiente laboral como factor de riesgo
Paloma Rubio, integrante de la Red Estatal de Mujeres de SALUD MENTAL ESPAÑA, cuenta que su problema de salud mental “surgió a una edad avanzada, por eso anteriormente había trabajado. Era un trabajo estresante y fue un factor importante para desarrollar la esquizofrenia”. Rubio denuncia que queda mucho por hacer en este ámbito: “Necesitamos que se nos dé la oportunidad de trabajar en un ambiente más concienciado y con menos presión. Y la figura de una persona que nos apoye y acompañe en la reinserción laboral. Yo pido oportunidad para nosotras, mujeres válidas con sus circunstancias, al igual que cada persona”.
En el caso de Isabel Quintairos, fue la discriminación sufrida en el entorno laboral lo que provocó su problema de salud mental. Quintairos cuenta con una invalidez debido a un problema de salud mental causado por un despido declarado nulo en 2007, tras 17 años trabajando en la misma empresa. “Nunca antes tuve problemas de salud mental. Ese despido, que produjo la primera sentencia del Estado español declarando su nulidad por razones de orientación política y sexual, terminó con mi carrera profesional, expuso mi vida personal y destrozó mis relaciones sociales. Fue el claro detonante de mi trastorno mental”, explica.
Señala además la especial vulnerabilidad de este colectivo durante épocas de crisis, como la que actualmente vivimos derivada de la pandemia. “Las mujeres somos las primeras en pagar las consecuencias de los desajustes del mercado laboral. Seguimos siendo las eternas cuidadoras, seguimos ganando menos y el empresariado sigue considerando que nuestro salario es complementario en la economía doméstica. Si añadimos los problemas de salud mental, podemos multiplicar lo dicho con los ataques de angustia, el pánico, la inseguridad, la depresión, y la certeza de que, en caso de despido, nos toca. Las campañas de educación en este sentido tendrían que ser continuas, insistentes y, si me apuran, obligatorias”.
Silencio y estigma en el entorno laboral
Vanesa Solana, también perteneciente a la Red, reconoce haber sufrido discriminación por ser mujer en trabajos como operaria de producción o conductora de furgoneta. “Tenemos que demostrar bastante más la valía para el puesto de trabajo que el resto”, opina. En su caso, no ha compartido con su entorno laboral el hecho de tener un trastorno mental. “Solo lo sabía el empresario y el resto de compañeros no, y en mi mano estaba si quería contarlo o no. Como pienso que puede ser un motivo de/para un posible ataque, no lo decía”.
El miedo al rechazo y el estigma del entorno son muy comunes y explican esta opción que muchas personas escogen de no hablar de su problema de salud mental en el trabajo. “Para evitar el estigma en el entorno laboral, es fundamental una política inclusiva, que visibilice la salud mental para que deje de ser un tabú”, opina Patricia Martínez. Psicóloga de formación, al terminar la carrera trabajó como soldado profesional. “Cuando empecé a preparar la oposición para la especialidad de Psicología dentro del ejército, sufrí mi primer brote psicótico. A partir de ahí, no me dieron la oportunidad de continuar mi carrera dentro de las Fuerzas Armadas”, relata.
Para Patricia, es fundamental que las empresas impartan una formación básica sobre salud mental para todas las personas trabajadoras, con un enfoque positivo, “que ponga el acento en la necesidad de que todas las personas necesitamos cuidar nuestra salud mental, independientemente de que tengamos o no experiencia propia en salud mental, y para concienciar sobre el hecho de que cualquier persona puede manifestar un problema de salud mental a lo largo de su vida, independientemente de su características socioculturales”.
Manifiesto de la Red Estatal de Mujeres
El Manifiesto de la Red Estatal de Mujeres de SALUD MENTAL ESPAÑA, elaborado con motivo del Día Internacional de la Mujer, se acompaña de una serie de ilustraciones que reflejan de manera visual cada una de las reivindicaciones que el documento recoge, además de un vídeo explicativo que reúne todas las demandas y que puede verse en el canal de Youtube de la Confederación. El objetivo de estos materiales audiovisuales es dar visibilidad a las reivindicaciones de la Red en las redes sociales, a través del hashtag #MujeresRedSaludMental.
Entre los aspectos que las mujeres integrantes de la Red Estatal reivindican en el manifiesto, se encuentra la creación de servicios públicos de información, orientación y acompañamiento con perspectiva de género acerca de la maternidad y, en su caso, planificación familiar que apoye en el proceso de la toma de decisiones en condiciones de igualdad y libertad. Se pide además establecer mecanismos de acogida y reagrupación familiar en situaciones de crisis y/o violencia.
La Red Estatal de Mujeres también reivindica la consolidación profesional de la figura de la asistencia personal experta en género y salud mental, garantizar los derechos sexuales y reproductivos, y que el acceso a la justicia sea igual para todas las mujeres. La Red Estatal de Mujeres SALUD MENTAL ESPAÑA surge, impulsada desde la Confederación, como plataforma de actuación de las mujeres con experiencia en primera persona en salud mental, para expresar sus reivindicaciones y trabajar por ellas. Integrada por 25 mujeres, representantes de las entidades de todos los territorios pertenecientes al movimiento asociativo de la Confederación, la Red nació a mediados de 2018 después de varios talleres y un intenso trabajo de recopilación, puesta en común y consenso en torno a la información, las experiencias y las necesidades compartidas por todas las participantes.