Como cada año, el 12 de abril, se ha celebrado el Día de la Atención Primaria. CCOO quiere destacar la aportación diaria de los profesionales de la Atención Primaria (AP) a la asistencia sanitaria de la población, antes y durante la pandemia, a pesar de los déficits estructurales tanto materiales como de recursos humanos que este nivel asistencial padece. Cabe resaltar, aún más si cabe, en particular, la labor de su personal en actividades prioritarias como el mantenimiento de las coberturas vacunales, y la atención a los pacientes con patología crónica junto con la asunción de buena parte del control epidemiológico de los pacientes COVID, con unos medios que nunca han sido los adecuados.
Recientemente el INGESA se felicitaba a sí mismo en prensa por sus logros, pero parece no querer reconocer sus múltiples deficiencias en la gestión sanitaria en global, y muy particularmente, el franco suspenso con el que se puede calificar la gestión de la Atención Primaria en Ceuta:
-Seguimos sin tener terminado el Centro de Salud del Tarajal, y ni siquiera hay proyecto alguno para el cuarto centro de salud que tan necesario sería para Ceuta, y que nos igualaría con Melilla.
-Nos hicieron un SUAP nuevecito, pero vimos con la quinta y sexta ola, cómo se nos hacía esperar a los ciudadanos ceutíes, agolpados a la intemperie, para la realización de pruebas diagnósticas frente al COVID, mezclando enfermos confirmados, con posibles casos, y otras patologías respiratorias, de todas las edades. Esto ocurrió, sencillamente, porque un edificio, por muy nuevo que sea, no viene de serie con equipamiento de enfermería (léase con ironía) o con el personal incorporado a losas y ladrillos. Las PCR y antígenos los realizan y realizaban personal de enfermería, en número insuficiente. que no daba abasto. He aquí un ejemplo de mala gestión de recursos humanos, que ocasiona un mal resultado en “salud”, por muy nuevo y radiante que sea el edificio.
-Decidieron nuestros directivos ceutíes que iban a eliminar la lista de espera, y de un plumazo desapareció (¡qué gran logro para mostrar a los directivos de Madrid!). Y efectivamente, aprovechando la pandemia, la lista pasó a ser cero, sencillamente porque la Dirección Médica hizo borrón y cuenta nueva, a lo que se añade que se dedicó a bloquear sistemáticamente las derivaciones desde Atención Primaria a especializada (algo que está dentro de sus competencias, pero que desde luego no implica un buen resultado en salud para los pacientes). La Dirección tomó sus decisiones (porque puede y debe), pero no realizó ningún anuncio en prensa advirtiendo de tal situación a la población. Y es que nuestros directivos olvidan esa parte que va con el cargo: también es responsabilidad suya, asumir las órdenes e informar a la población de los cambios en los circuitos sanitarios. ¿Por qué esta falta de información y de asunción de responsabilidad?: porque para eso están sus sufridos trabajadores, que han aguantado a diario quejas de usuarios y pacientes (sin poder hacer nada al respecto), desde la primera de los administrativos, hasta el último facultativo. Pero ni los pacientes ni sus patologías han desaparecido por el COVID, ni por el “ borrón y cuenta nueva” que han pretendido llevar a cabo las Direcciones de Especializada y de Primaria. Por mucho que hayan querido maquillar la lista de espera; el tiempo pone de manifiesto la realidad. Nuestra Gerencia ha conseguido tener entre las manos una bomba de relojería, programada para tener efecto retardado, a la que se le agota la cuenta atrás. Si no ha estallado ya, no tardará en hacerlo: ya se han visto conatos con las listas de espera para Rehabilitación, por ejemplo.
-Tras obligar a asumir a sus trabajadores agendas de más de 100 pacientes diarios, ahora se les ocurre a nuestra Dirección, que se van a reiniciar los programas habituales de seguimiento de pacientes crónicos Atención Primaria, y los de detección y diagnóstico precoz (lo cual sería una magnífica noticia, si fuera factible que se llevara a cabo). Y cabe preguntar: ¿con qué personal?, ¿en qué tiempo y lugar?. ¿En los 3-5 minutos, 10 en el mejor de los casos, que se tiene asignado por paciente?. ¿Alguien puede ver plausible escuchar a un paciente, revisar su medicación y su historia clínica, valorar las exploraciones complementarias, realizar la exploración física preceptiva y cumplimentar derivaciones, o solicitar pruebas complementarias con la adecuada información para el receptor de la prueba, instaurar o modificar un tratamiento e informar al paciente y familiar o acompañante, todo en 5-10 minutos?. La realidad es que no es posible. Nuestra Dirección-Gerencia obliga a una medicina de la cantidad, reñida totalmente con un mínimo de calidad, y que lo único que favorece es la posibilidad de cometer errores, y el deterioro de la relación humana sanitario-paciente.
-La pandemia ha afectado muy negativamente a la salud global de los ciudadanos, y particularmente a la salud mental. Estamos asistiendo a nivel nacional a un incremento en las consultas pediátricas -especialmente de población adolescente-, por causa de alteraciones del sueño, depresión por soledad, ansiedad y adicción al entorno digital. Diversas investigaciones ya advierten sobre cómo ha afectando la pandemia a las familias con hijos, observándose un mayor nivel de estrés respecto a aquellos hogares donde no hay menores. La Asociación de Pediatría fue clara en los primeros meses del estado de alarma al advertir de las consecuencias negativas del confinamiento para la salud mental de los niños y adolescentes, hecho que fue reconocido por el propio ministerio de Sanidad, y cuyas consecuencias ya estamos sufriendo. Con este panorama, sólo disponemos de dos Psicólogos para toda Ceuta, y no existe como tal, una Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil (USMIJ).
-Se argumenta para no contratar, la falta de facultativos y de enfermeros, pero desde este sindicato observamos cómo, cuando hay bolsa de trabajadores disponible, tampoco se sustituyen ni se contratan los refuerzos necesarios, llegándose incluso a dar órdenes de sustituir unas categorías profesionales a otras, a pesar de tener funciones distintas.
-Otra paradoja es que, asegurando la Gerencia que no contrata facultativos porque no los encuentra, ofrece por otro lado contratos precarios y de escasa duración.
Desde CCOO realizamos un diagnóstico de la situación de Atención Primaria muy distinto al de la Directora del INGESA: la situación en Ceuta no es buena, ni siquiera regular, es crítica. Y requiere de soluciones YA, soluciones que sólo pueden proporcionar nuestros directivos, tanto ceutíes, como a nivel central.
Nuestros trabajadores de la Atención Primaria ya se quejaban de cansancio y sobrecarga antes de la pandemia por SARS-COV-2, y a pesar de ello, han dado lo mejor de sí mismos para sortear, sin medios adecuados, las distintas olas. Han pasado de recibir aplausos, a ser insultados en medios sociales e incluso agredidos por una población que, cuando no consigue acceder a la atención sanitaria que precisa, descarga sus iras contra el eslabón más débil, que es el trabajador, y no fija su mirada en el verdadero responsable: quien gestiona, que ha sido elegido para ello, y ha aceptado tal responsabilidad (con la remuneración correspondiente).
Y todavía queda por reabrir la frontera, y que tengamos que volver a asumir una población flotante a la que también se le presta asistencia sanitaria, así que el futuro sanitario no es, en absoluto, tan halagüeño como nos quiere hacer creer nuestra Directora del INGESA. Quizás, si se viniera a vivir una temporada a Ceuta y conociera y disfrutara personalmente de nuestro sistema sanitario, su valoración sería distinta, o al menos, su preocupación. Aprovechamos la ocasión, desde esta Secretaría, para animar a toda la cúpula del INGESA a conocer in situ nuestra ciudad e idiosincrasia: el conocimiento y la experiencia propios son insustituibles a la hora de tomar decisiones.
Atención Primaria no necesita recibir los aplausos espontáneos de ciudadanos agradecidos (lo que no quiere decir que no sean bien recibidos), o que reconozcamos su labor en un día concreto, sino que se trate a sus trabajadores con el respeto y dignidad que se merecen, y se le proporcionen los medios adecuados para atender a la población. Un remedio fundamental es tiempo suficiente para poder escuchar y atender a los usuarios y pacientes, y este es el primer recurso que tienen que proporcionar nuestros gestores: tiempo para poder desarrollar cada categoría profesional las labores que le corresponden. Porque en Atención Primaria, día a día, sin focos ni flashes, realizan su trabajo, a ritmo maratoniano, administrativos, celadores, telefonistas, enfermeros, TCAE, odontólogos, higienistas dentales, facultativos de Medicina Familiar y Comunitaria, psicólogos, psiquiatras, matronas, fisioterapéutas y pediatras de Atención Primaria, ritmo que debe aminorarse en algún momento, porque ya sabemos lo que le pasó a Filípides, el mítico corredor de Maratón: murió tras llevar su mensaje a los atenienses . Desde CCOO hacemos una llamada a los directivos del INGESA, tanto a nivel central como a nivel local: no permitan que fallezca y desfallezca Atención Primaria por insistir en la “medicina de cantidad” frente a la medicina de calidad.