El Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) presentaron los resultados de la cuarta ronda del Estudio Nacional de sero-epidemiología ENE-COVID. El 9,9 por ciento de la población española se ha contagiado a lo largo de 2020. Aunque los datos vuelven a confirmar que no hay apenas diferencias en la tasa de infección por Covid-19 entre mujeres y hombres a nivel general, el estudio refleja desigualdades: el personal sanitario (16,8 por ciento), un sector fuertemente feminizado, y las mujeres que cuidan a personas dependientes en el domicilio (16,3 por ciento) presentan las cifras más altas de contagio.
En cuanto a la prevalencia actual, llama la atención la alta seroprevalencia en personas sin la nacionalidad española, particularmente en mujeres (11,2 por ciento). Entre los sectores laborales esenciales, destaca la alta proporción de positivos en el sector sanitario (11,2 por ciento) y en quienes cuidan de personas dependientes (11,3 por ciento), así como en el personal de limpieza (10,5 por ciento). La prevalencia es mayor en las personas que viven en secciones censales con menor nivel de renta relativa (9,0 por ciento) e inferior en las secciones de mayor nivel económico (6,9 por ciento), con diferencias más marcadas en las mujeres (9,8 por ciento versus 6,9 por ciento). Finalmente, los habitantes de grandes ciudades tienen una prevalencia algo mayor (8,3 por ciento).
El estudio destaca que también en la prevalencia global (positivos en rondas 1, 2, 3 o 4) las personas sin nacionalidad española tienen prevalencias más altas, sobre todo en mujeres (14,2 por ciento versus 9,9 por ciento), así como profesionales de la sanidad (con cifras del 16,8 por ciento, por encima del resto) y cuidadoras (16,3 por ciento.). El personal de enseñanza no presenta cifras superiores al resto de colectivos.
Tras estos sectores profesionales señalados –sanidad y cuidado de personas dependientes-, las que se encargan de tareas de limpieza (13,9 por ciento) y las que trabajan en residencias (13,1 por ciento) son los otros dos colectivos que presentan una prevalencia superior. Recordemos que el 90 por ciento de las personas que trabajan en residencias son mujeres, y que el porcentaje llega a ser superior en limpieza.
Es decir, son algunos de los trabajos altamente feminizados los que más exposición al virus experimentan. Son trabajos que tienen que ver con cuidar a otras personas y que, a pesar de que durante la pandemia se demostró que son “esenciales”, siguen estando devaluados.