El Gobierno español ha tomado la decisión de no extender el impuesto extraordinario aplicado a las empresas energéticas, el cual estaba programado para expirar el 31 de diciembre. Esta medida se produce en un contexto de negociaciones complejas con sus socios parlamentarios, donde el Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha jugado un papel crucial al acordar que las haciendas forales vascas gestionen el tributo sobre la banca.
A pesar de que el Gobierno buscaba hacer permanentes estos gravámenes mediante enmiendas al proyecto de ley del tipo mínimo, la falta de consenso ha impedido su continuidad. El PNV, en un comunicado, ha adelantado que el gravamen incluye un impuesto complementario sobre las multinacionales, estableciendo un tipo mínimo global del 15%.
La decisión de no prorrogar el impuesto a las energéticas se atribuye a «factores externos a la voluntad» del PNV, quien había mostrado interés en concertar dicho tributo. Sin embargo, la negativa de Junts a apoyar la permanencia del impuesto, debido a preocupaciones sobre una inversión significativa en Tarragona, ha sido un obstáculo insuperable.
Por otro lado, aliados parlamentarios del Gobierno como Bildu, Esquerra Republicana (ERC), Podemos y Sumar han expresado su desacuerdo con la decisión de eliminar el impuesto. La vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha subrayado la importancia de hacer permanente el impuesto para equilibrar la balanza fiscal.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha defendido la necesidad de mantener el tributo a empresas como Repsol, argumentando que estas emiten un alto porcentaje de dióxido de carbono (CO2) dentro del Ibex 35.
En contraste, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ha manifestado que mantener el impuesto a las energéticas perjudica a la industria y las inversiones, reflejando la división de opiniones sobre el impacto económico de este gravamen.
Con el fin del año acercándose, el futuro de estos impuestos sigue siendo incierto. Mientras el Gobierno busca soluciones para equilibrar las necesidades fiscales con el crecimiento económico, las negociaciones con los diferentes partidos políticos serán cruciales para definir el camino a seguir.