El Olor a Muerte y Desesperación
Al entrar en Sednaya, el aire está cargado de un olor a muerte y el sonido de la desesperación resuena en cada rincón. Esta prisión, apodada ‘el matadero’, se ha convertido en un símbolo de los horrores del conflicto sirio. Familias enteras se aglomeran en su entrada, esperando encontrar alguna pista sobre el paradero de sus seres queridos desaparecidos.
Búsqueda Desesperada de los Desaparecidos
Los familiares que han logrado entrar en la prisión han derrumbado paredes y puertas blindadas en su búsqueda. A pesar de las advertencias de la defensa civil de que no queda nada por revisar, insisten en que hay pisos inferiores aún sin explorar. Ahmed, uno de estos familiares, busca a su hijo Moussa, desaparecido desde 2015. Aunque le dijeron que había muerto, Ahmed nunca vio el cuerpo y sigue buscando respuestas.
Miles de Presos Torturados
Las cuerdas encontradas en el recinto penitenciario son un recordatorio de las torturas que, según denuncian las familias, se ejercían sobre los presos. Fátima, con 20 familiares desaparecidos, muestra fotos de sus seres queridos con la esperanza de encontrarlos. Dentro de Sednaya, el caos reina desde la caída del régimen, y cualquier rumor sobre un posible hallazgo es celebrado.
Esperanza en Medio del Desespero
Yasser, otro familiar, revisa constantemente los registros civiles en busca de un certificado de defunción que confirme la muerte de su hermano. Sin embargo, al no encontrarlo, mantiene la esperanza de que siga vivo. Isaisma también busca a su hermano, recordando cómo su padre esperó su regreso durante 11 años hasta su muerte.
El Impacto de Sednaya
En el exterior de la prisión, la media Luna Roja asiste a las familias que esperan noticias. Wael busca a su hermano, desaparecido hace 11 años junto a otros cuatro, incluida una mujer embarazada. Las imágenes de cadáveres torturados encontradas en la morgue son un testimonio del horror vivido en Sednaya, donde se estima que entre 10.000 y 20.000 presos sufrieron bajo el régimen de Al Asad.