La dimisión de Villarroya llega horas más tarde de que Marlaska cesase al oficial de enlace de la Guardia Civil en el Estado Mayor de la Defensa por haberse vacunado. El JEMAD se ha despedido señalando que «ha tomado recientemente decisiones que considera acertadas y que nunca han pretendido aprovecharse de privilegios no justificables, pero que están deteriorando la imagen pública de las FAS y poniendo en duda la honradez del propio General Villarroya»
La vacunación entre algunos miembros de la cúpula de las Fuerzas Armadas ha provocado ya un cese y una dimisión entre los afectados por el escándalo. Este viernes se conocía que Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior, cesaba al oficial de enlace de la Guardia Civil en el Estado Mayor de la Defensa, lo que añadía presión Margarita Robles, ministra de Defensa. Este sábado, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) y general del aire, Miguel A. Villarroya, ha presentado su dimisión solicitando a la ministra su cese inmediato de sus cometidos actuales.
En la carta publicada por el gabinete de prensa del Estado mayor, se recoge que en su despedida, «el JEMAD puntualiza que, en el cumplimiento de sus obligaciones, de acuerdo a los protocolos establecidos y con la única finalidad de preservar la integridad, continuidad y eficacia de la cadena operativa de las Fuerzas Armadas, ha tomado recientemente decisiones que considera acertadas y que nunca han pretendido aprovecharse de privilegios no justificables, pero que están deteriorando la imagen pública de las FAS y poniendo en duda la honradez del propio General Villarroya».
Es por ello que el propio Villarroya ha asegurado que presenta su solicitud de cese para «no perjudicar» la imagen de las Fuerzas Armadas, pero «con la conciencia muy tranquila«.