El León de Ceuta

Ya lo he dicho, estoy al decir. No volveré a meterme, lo juro, ni con mi vieja pluma, ni con la memoria que, después de tantos años, de hundimiento, se oxida, sin perdonar la sal del mar estrecho.

No recuerdo bien (¿en qué quedamos?), pero nunca tuve conocimiento de ese lado de su personalidad de extrema simpatía. Freud no lo describe en su libro sobre los sueños. El padre de la Psicología, lo hace en el de las pesadillas.

Deberá de ser que cómo está agobiado con el nuevo anuncio, pues. No es para menos. Un servicio de casi 100.000€, para 2 años, es para evidenciar que los exterminadores han debido de recibir escuela, o en los servicios secretos hebreos, en la CIA, o en el KGB.

Pueden matar a éste sí y a éste no. Sicarios al servicio.

Los servicios secretos españoles, me gusta más, el nombre del Centro Nacional de Inteligencia, no habrán podido prestar apoyo al aprendizaje de las técnicas de eliminar.

Normal, dedicados a los delicados temas de secretos de alcobas.

Hasta antes de ser galardonado con el premio *gaviota*, su correspondencia con éste periodista, transcurría bajo el signo de la cordialidad.

Ustedes vuelven a ser testigos de la carta que ha depositado en mi buzón una gaviota mensajera.

Y es que todavía no se ha aclarado con el hecho diferenciador de que las gaviotas son de todo, menos palomas.

Lean atentamente:

“Tato, últimamente está desmemoriado. La pluma siempre tiene que estar en condiciones, para trotar por el mundo. Para reforzar la memoria, desde siempre se ha recomendado los rabillos de pasas (muy ricos en colina) y las nueces.

Yo también he visto varias veces «Bailando con lobos» de K. Costner.

Observo, que últimamente tienes mucha querencia no sólo por los distintos pájaros, sino también por otros animales.

Sí de asignar protección, cuidados y patronazgo de animales se refiere y según tú estima, sugiero:

San Francisco de Asís: Santo patrón de todos los animales en general; pero especialmente de los lobos (hermano lobo, no confundir con la obra literaria) y de las aves (relatado en «Las Florecillas». Predicaba a las aves).

San Antón Abad: patrono también de todos los animales. En su onomástica, se bendice a todos los animales.

Santa Eulalia: patrona de las aves.

Si Vanessa Miaja, cuida y baila con los perros, San Roque es el patrón de los perros y de las epidemias. Un perro le lamía las llagas y pústulas.

Sin que yo haya tenido nada que ver, a mí que me registren, también está el «Milagro de las Gaviotas», según dicen, realizado a los mormones.

Amigo Tato: hay ciertos efectos colaterales que duran toda la vida.

¡¡Cuídate!!”

Esa mañana de juventud, paseaba por la calle Real, con el elegante, correcto, Vicente García Arrazola, familiar de un alcalde de la ciudad. Pasarían muchos años, antes de que el destino lo embarcara para Alicante.

Al pasar a la altura de Correos, me cuenta (todavía los chinos no habían desembarcado en Ceuta), la bonita historia del león.

Ceuta, durante años, basó su economía en la de los bocadillos. Con más de 12.000 soldados haciendo el servicio militar, era raro ver un bar, una tienda de alimentación, que no estuviera llena. La demanda de los bocadillos estaba disparada. Era una economía de guerra. De subsistencia, pero el dinero alimentaba las economías de las familias ceutíes, contentas. Claro ejemplo del estado apoyando a Ceuta.

Tal vez, puede, que el elevado número de soldados pudiera dar pie a planteamientos relacionados con ser la ciudad una base militar, uno de los principios o requisitos, de toda colonia.

Sin embargo, ese riesgo no era para suprimir, de forma tajante, esa fuente de ingresos permanente. No se trataba sólo de esos famosos bocadillos, se trataba de un núcleo de población que entraba en los comercios, cines, y demás.

En mi familia, tengo una hermana casada con uno de esos soldados. Tantos casos.

Como en todo grupo social (a vueltas con Freud) estaban aquellos soldados que escribían a sus familias, solicitando un plus de asignación. Era la teoría que desarrollaban en sus emotivas cartas, según la cual, aunque no existía en la ciudad el toque de queda, estaba el toque del león.

Por las calles de Ceuta, los leones, más o menos, campaban a sus anchas. De ahí la necesidad de permanecer el mayor tiempo posible, en lugares cerrados, lo que obligaba a un gasto mayor, al no poderse pasear por las calles, sin el temor de ser devorados.

Los padres de muchos de esos soldados, escribieron preocupados, y entonces, se decidió establecer en Correos un precioso buzón, con cara de león, avisador de lo que le había pasado al tierno de Pinocho.

Se estableció la censura previa.

Durante 5 años se habilitó en Ceuta, el león de la libertad de expresión. Con dos excepciones: un mínimo de calidad literaria en el desarrollo de lo expresado, y el límite de la sede judicial.

Durante cinco años, a contar desde 1977, Ceuta contó, sin pagar ni un sólo euro (pesetas), con una información útil, independiente, sin tener necesidad de pasar ni por Correos, ni por Caja.