Hoy, día 23 de abril de 2022, desde la Biblioteca Histórico Militar de Ceuta queremos sumarnos a la celebración del Día Internacional del Libro, día que conmemora las muertes de tres grandes autores de la literatura universal: Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega, ya que los tres fallecieron en la misma fecha, el 23 de abril de 1616, día en el que se incide en el fomento de la lectura y su papel esencial como herramienta para el desarrollo, la formación y el crecimiento personal.
Por ello, este año queremos tratar la situación actual del libro, especialmente del libro impreso. Y es que el libro impreso resiste e, incluso,se encuentra en mejor situación que en la última década. La llegada del libro electrónico y sus facilidades, principalmente la reducción de su volumen, su mayor movilidad y mejor precio, hacían sospechar que el formato físico comenzaba su declive hacia una casi extinción y que sólo quedaría su uso para fines muy concretos y marginales, ocupando un papel secundario. Sin duda, fue un pensamiento totalmente equivocado.
Parece que ese acto casi ritual de escoger la lectura, acomodarnos para sumergirnos en ella y entrar en una especie de trance para abstraernos de nuestro alrededor y poder disfrutar de ese momento íntimo que hace que el libro sea parte de nosotros, vuelve a estar al alza. La pandemia ha propiciado este reencuentro con la lectura. Puede que fruto del confinamiento, en el que desconocíamos qué hacer para poder escapar de la dura realidad, refugiándonos muchos de nosotros entre las páginas de mil y una historias que pudieran evadirnos y llevarnos a otras situaciones, mundos e historias, ya fuesen de realidad o de ficción, personajes históricos o inventados, hechos de verdad o frutos de la imaginación del autor.
Repasando datos objetivos comprobamos que las ventas de libros han aumentado desde que se declaró la pandemia. El momento del confinamiento fue en un principio duro para el sector, igual que para otros, y las ventas se hundieron como consecuencia de la imposibilidad de la compra en físico. La venta on-line era la única alternativa para hacerse con una nueva lectura. No obstante finalmente, una vez que comenzó la desescalada, no dudamos en ir a las librerías para aumentar nuestras bibliotecas personales, algunos por miedo a un nuevo confinamiento, muchos otros porque nos habíamos reencontrado con el lector voraz que llevábamos dentro. Si atendemos a la forma de adquirir libros, los datos muestran que las ventas on-line subieron más que las de las librerías físicas, por lo que parece que este hábito ha calado más durante la pandemia, aunque podría ser por una mezcla de razones derivadas de las condiciones epidemiológicas al intentar evitar acudir a espacios cerrados o bien las de la comodidad y otras ventajas que pudiesen darse en los canales on-line. Para mí, pocos planes hay mejores que pasarse un buen rato entre los estantes de una librería buscando y descubriendo nuevos títulos con los que aumentar una lista de libros que deseamos, un deseo que siempre se incrementa más y más por mucho que intentemos reducirlo.
Las cifras de ventas totales a final de 2020 mostraron que el sector fue capaz de remontar los peores momentos, recuperando las cifras que se perdieron. De hecho, en global, el año 2020 obtuvo mejores resultados que 2019, a pesar de que eventos multitudinarios y muy importantes en cuanto a ventas del sector se refieren tuvieron que posponerse y celebrarse en fechas diferentes a las previstas, como las ferias del libro o el día de Sant Jordi, o directamente se perdieron, como el Día del Padre y el Día de la Madre, ocasiones en las que muchas personas aprovechan para regalar un libro.
Los datos de 2021 también muestran que esta tendencia al alza continúa, ya que las ventas superaron, incluso, a las de 2008, el mejor año en cuanto a ventas del sector y último año antes de que se pudiera sentir el efecto de la dura crisis que se iniciaría entonces. No obstante, es pronto para poder asegurar al cien por cien que la tendencia de la venta de libros impresos ha vuelto a despegar o si es coyuntura de los años tan turbulentos que estamos viviendo, pues debemos tener en cuenta que, a finales del 2021 hemos sufrido una falta de suministros significativa cuyo máximo exponente se dio en las Navidades, el periodo por antonomasia para regalar libros, por lo que aún hay que ser cautelosos antes de lanzar campanas al vuelo y esperar a ver si las cifras tan buenas que tenía el sector no eran debidas a que la gente acudiese a las librerías como sustituto de otro regalo que nunca llegó.
El sector de la lectura electrónica también ha vivido un aumento de ventas, pero con cifras mucho menores que el de los libros impresos. La subida más notable, sin embargo, ha sido la adquisición de audiolibros, una tendencia que ha llegado a nuestro país en los últimos años, aunque está mucho más arraigado en otros países de nuestro entorno.
Por último, otro dato a tener en cuenta para terminar de hacernos una idea de que las cifras de los libros impresos es el número de préstamos en las bibliotecas. Por lo general, las bibliotecas han perdido público en España durante estos dos últimos años, cifras que se reflejan en todo tipo de préstamos, tanto libros físicos, como electrónicos y material audiovisual. Este podría ser otro factor por el que han aumentado las cifras de ventas.
Esa tendencia no se corresponde con las cifras de la Biblioteca Histórico Militar de Ceuta pues no sólo no ha descendido el número de préstamos, sino que han aumentado en dicho periodo, muchos de ellos a investigadores. Desde nuestro centro hemos continuado aportando nuestro humilde apoyo a la industria del libro, adquiriendo nuevos títulos, los cuales se reflejan en nuestro “Boletín de Novedades Mensual” que se difunde entre nuestros usuarios e instituciones culturales y educativas de Ceuta (si quiere recibirlo sólo debe pasarse por nuestras instalaciones o llamarnos por teléfono).
De este modo, libro a libro, seguimos ampliando nuestros fondos, tanto con ejemplares relacionados con las Fuerzas Armadas o con la presencia de España en África -nuestra gran especialización- para el disfrute de los apasionados de la Historia y de la milicia, como con la adquisición de novelas históricas para los que simplemente gozan del placer de la lectura. Así disponemos de una magnífica colección con más de 35.000 ejemplares que se encuentran a disposición de todos los ciudadanos de Ceuta.
En definitiva, una cosa está clara, el libro impreso sigue representando la imagen de la cultura, el atesoramiento del saber y el progreso, ya que su invención supuso una gran facilidad para ordenar y preservar todos los conocimientos anteriores a nosotros y aumentarlo con nuestras aportaciones. En este sentido, las bibliotecas particulares, las de cada uno, son pequeñas muestras que reflejan nuestras vidas, plasmadas en aquellos títulos que hemos ido recogiendo y guardando, conformando un patrimonio y legado personal, quedando siempre la opción de acudir a las bibliotecas públicas, auténticos templos del saber y de las que todos deberíamos ser partícipes, sacando provecho de sus servicios y el de sus trabajadores siempre encantados y dispuestos a atendernos y ayudarnos.
Parece que la lectura vuelve a engancharnos. ¡Larga vida al libro!
¡Feliz día del Libro!