Durante los últimos meses estamos viviendo una eclosión de movimientos que claman por la protección y la conservación del medio ambiente antes de que sea demasiado tarde. Sin ir más lejos, en Ceuta se dan fenómenos como el movimiento «Ceuta sin plástico», personas que limpian las playas de la ciudad de manera totalmente altruista. Pero ¿es esto suficiente?
Amanece en Ceuta y el Sol se levanta majestuoso en el horizonte de la playa de El Chorrillo. Una estampa digna de ver, sin duda. Sin embargo, a medida que los rayos de sol inundan de luz la arena de la playa, se puede constatar una realidad mucho menos idílica: el incivismo de los y las ceutíes. Colillas, latas, plásticos, desechos… todo reposa sobra la arena como si de un vertedero se tratase.
Esta es una imagen a la que se enfrentan diariamente los operarios de limpieza que velan porque la playa se mantenga limpia. Cabe preguntarse si -por más campañas de concienciación, movimientos ecologistas (institucionales o «espontáneos») y advertencias de científicos y biólogos- la gente dejará de convertir en basureros los montes y las playas.
Obviamente, y por suerte, la mayoría de las personas no reproducen este tipo de comportamientos incívicos. Sin embargo, sigue quedando una minoría que pareciera irreductible y que se niega a aceptar que sus acciones, por pequeñas que sean, influyen en el deterioro del medio ambiente -que, para más inri, es de todos; de los que ensucian y de los que no lo hacen-.
Estas son algunas imágenes que nos han remitido un lector denunciando el estado el que ha amanecido hoy la playa de El Chorrilo.