La Guardia Civil sospecha que el negocio del ‘petaqueo’ tiene su origen en la compra de gasolina en estaciones de bajo coste
El negocio de las ‘gasolineras flotantes’ de los narcos es una de las actividades delictivas que más se están incrementando en los últimos tiempos. El petaqueo está sirviendo para que muchos jóvenes se introduzcan en estas organizaciones criminales. Una de las grandes dudas es responder a la siguiente pregunta: ¿De dónde sacan el combustible?. La Guardia Civil sospecha que los miles de litros destinados a las narcolanchas son adquiridos de forma legal en estaciones ‘low cost’, según informan a Vozpópuli fuentes del Instituto Armado.
En las últimas semanas, tres de estas embarcaciones, que se encontraban en el depósito judicial han sido destruidas. Un paso significativo que ha sido decretado por la Administradora de Aduanas, según ha podido conocer este medio.
El negocio del petaqueo es una forma de iniciarse en el mundo de los narcos. Los jóvenes que antes descargaban tabaco ilegal procedente de Gibraltar han cambiado esta función por suministrar gasolina a las narcolanchas. Se obtienen más beneficios ya que se puede cobrar una cantidad cercana a los 1.000 euros por repostaje.
Una de las grandes incógnitas que se plantean con este cometido es saber de dónde se sacan los miles de litros de gasolina que se llevan en garrafas a alta mar. La Guardia Civil tiene respuestas para esta pregunta y pide que se actúe desde el ámbito judicial.
Los agentes del Instituto Armado sospechan que estos proyectos de narcos compran el combustible en gasolineras ‘low cost’ sin atención personal. No creen que la roben de estas estaciones porque no quieren «cargar con más delitos», según estas fuentes.
De forma paralela, la incautación de combustible para este fin no cesa. La semana pasada en Chiclana los funcionarios de la Guardia Civil interceptaron más de 3.000 litros de gasolina en una furgoneta que iba con destino a estos delincuentes.
Los “petaqueros” utilizan pequeñas embarcaciones de recreo y llevan hasta las narcolanchas los bidones de gasolina necesarios para que puedan seguir llevando la droga a la costa. Al principio eran jóvenes quienes realizaban esta actividad, pero se han formalizado organizaciones conexas con el narco que logran grandes beneficios con un mínimo riesgo y las embarcaciones se fabrican en su mayor parte en Portugal.
Según la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), esta actividad ha provocado que muchos de los que se dedicaban al narco en el sur de España se hayan pasado al “petaqueo”, ya que obtienen unas ganancias similares y sus acciones delictivas no pasan de simples infracciones penales, sin mayores consecuencias.El suministro de gasolina a las narcolanchas que permanecen la mayor parte del tiempo en alta mar, solo está castigado como infracción administrativa. Por ello, desde AUGC se asegura que es necesario considerar este tipo de actividades como delito de narcotráfico y no como una simple falta administrativa; y legislar, al igual que se hizo en 2018, cuando el Gobierno aprobó el Real Decreto Ley 16/2018, de 26 de octubre para prohibir las narcolanachas.
Una de sus propuestas es regular la posesión de más de 20 litros de combustible e imponer sanciones legales más complejas. «Es urgente que por parte del Gobierno se regule esta cuestión como venimos reclamando desde hace años, para aplicar modificaciones en el ámbito del código penal para acatar esta cuestión como delito de narcotráfico y no como una simple falta administrativa», afirma esta asociación sobre la guerra contra los narcos.
Las autoridades son conscientes de esta problemática. La fiscal superior de Andalucía, Ceuta y Melilla, Ana Tárrago, expresó hace unas semanas que el petaqueo «no va a tardar mucho» en regularse dentro del Código Penal como un delito.
Y es que la Fiscalía de Andalucía lleva «varios años» recogiendo en sus memorias la «necesidad» de que esta actividad «se separe de la actuación administrativa y se consideren como delito el transporte o el depósito de gasolina en los delitos relativos al narcotráfico». Un paso que se considera fundamental para acabar con el combustible de los narcos.