Antonio Sempere
Los primeros sondeos que se están publicando desde las 20 horas del domingo en los diferentes Estados miembros auguran un triunfo claro del bloque conservador que lidera Von Der Leyen en los comicios celebrados este domingo. Hasta las 23 horas de esta noche electoral no se conocerán resultados oficiales a la espera del cierre de los colegios en Italia.
Las elecciones europeas han concluido sin sorpresas pero con muchas incertidumbres. Según las proyecciones ofrecidas por el Parlamento Europeo a las 20:15, el Partido Popular Europeo (PPE) ha ganado con 188 escaños, superando los 182 obtenidos en las elecciones de 2019, aunque entonces el número de escaños a repartir era mayor.
Las derechas son claramente las triunfadoras en estos comicios. No solo ha ganado porcentaje de voto el PPE, liderado por Ursula von der Leyen, sino también el grupo de los Conservadores y Reformistas (ECR), que incluye a partidos como Vox y el de Giorgia Meloni. Además, Identidad y Democracia (ID), al que pertenece Marine Le Pen, y los No Inscritos, como el Fidesz de Victor Orban y la AfD alemana, han obtenido resultados significativos. Cabe destacar que formaciones importantes como Fidesz y AfD, actualmente la segunda en los sondeos, aún no tienen grupo en la Eurocámara.
En Francia, Marine Le Pen ha arrasado con el 30% de los votos, duplicando al partido de Emmanuel Macron, que ha obtenido un 15,2%. Este resultado ha llevado al presidente francés a decretar la disolución de la Asamblea Nacional y convocar nuevas elecciones legislativas. «No podría seguir, al término de esta jornada, mirando hacia otro lado», ha declarado Macron.
Estas elecciones reflejan un notable avance de las fuerzas de derecha en el panorama político europeo, consolidando su influencia en la Eurocámara. El bloque ultra, formada por partidos euroescépticos e incluso eurófobos, estaría irrumpiendo con fuerza y sacudiendo el Parlamento Europeo. El auge de las formaciones de extrema derecha y ultranacionalistas en los comicios de este domingo no solo consolida su normalización, sino que abre la puerta a una legislatura de alto riesgo para el proyecto europeo.
Las fuerzas ultras, que abogan por desmantelar el modelo actual de la UE, aunque divididas y diversas en varias familias políticas, sumarán importantes cuotas de poder en el nuevo Parlamento Europeo, planteando una amenaza de bloqueo. Este crecimiento de la extrema derecha y de los populistas, especialmente en Francia y Alemania, debilita a los Gobiernos y también afecta al eje franco-alemán, que es el motor de la UE.
A pesar de esta situación, los europeístas aún retienen una mayoría, según los primeros sondeos. Sin embargo, el auge de estos movimientos ultras fragiliza la alianza formada por los europeístas, haciendo que el futuro del proyecto europeo sea incierto y lleno de desafíos.