Al mismo tiempo, OCU solicita al Ministerio de Consumo la realización de una campaña que distinga el significado de la fecha de caducidad de la de consumo preferente: el 41% de los encuestados aún no lo tienen claro
La etiqueta de un alimento revela todo sobre él: de dónde procede, sus ingredientes y aditivos, si tiene demasiada sal, grasas y azúcares, o cuánto tiempo puede conservarse. Pero sorprendentemente, al comprar un alimento envasado por primera vez, el 56% de las personas no lee el etiquetado con atención, advierte una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en la que han participado 921 consumidores de entre 18 y 79 años representativos de la población española.
Hay distintos motivos para no leer con atención la etiqueta de un alimento: porque revisarla requiere demasiado tiempo, porque no se tiene el hábito de hacerlo, porque resulta difícil de entender, porque cuesta encontrar la información que se busca… Pero si hay un motivo que destaca sobre el resto es la presencia de una letra demasiado pequeña, tal y como apunta el 52% de los consumidores que reconocen que no suelen prestar atención; una dificultad que afecta al 70% de los mayores de 60 años.
OCU considera que facilitar la lectura del etiquetado redunda en una compra más reflexiva y permite a los consumidores priorizar aquellos alimentos más saludables. Por ello solicita a Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) que, en colaboración con las autoridades europeas, reforme la actual normativa para que se aumente el tamaño de la letra del etiquetado, de los actuales 1,2 mm a los 3,0 mm, tal y como solicitó hace ya trece años junto con el resto de las asociaciones europeas de consumidores. Del mismo modo, solicita destacar en el frontal del envase la información esencial: fecha de caducidad o de consumo preferente, lista de ingredientes y sistema Nutriscore, sin que tengan que competir en espacio con mensajes publicitarios.
De hecho, la encuesta también apunta que dos de cada tres consumidores consideran que se hace un uso excesivo de la publicidad nutricional y de salud en los productos de alimentación. Cuando además solo el 35% cree que los alimentos que muestran este tipo de reclamos son más saludables que el resto, tal y como se explica en la revista OCU Salud de febrero.
Por cierto, aunque la información más consultada por los consumidores es la de la fecha de caducidad o consumo preferente, la encuesta revela que no siempre se entiende bien. Sólo un 41% de los encuestados respondieron de forma correcta a tres cuestiones básicas sobre sus distintos significados, lo que repercute de forma negativa en la seguridad y la salud de los consumidores. Por ello, OCU solicita al Ministerio de Consumo la realización una campaña de concienciación que aclare el alcance de los plazos de conservación y consumo de los alimentos según el tipo aviso que lleve el etiquetado.