El PP ha pasado de tener el 51% de los votos en el 2016 al 21% hoy. De 16.000 a 8.000 votos. Un batacazo sin precedentes. «Una derrota como tal, sin paliativos, sin apellidos, con todas sus consecuencias», ha afirmado en tono grave el presidente del partido, Juan Vivas.
No solamente han perdido la mitad de sus electores, sino que Vox les ha pasado por delante. El PP se sabe derrotado y mira ya con temor unas elecciones autonómicas con las que tendrá que pelear durante con la ultraderecha.
Ambiente tétrico el que se respiraba esta noche en la sede del PP de Ceuta. Todo el ágape preparado se enfriaba al mismo tiempo que las sonrisas de la poca militancia congregada. El ex diputado de los populares esta última legislatura, Juan Bravo, miraba constantemente el móvil y de soslayo a los periodistas. En salas internas aguardaba la cúpula local del partido.
El primero en aparecer de forma informal ha sido el candidato al Congreso, Guillermo Martínez, que ha anunciado que se dirigirían a los medios con un escrutinio que no llegaba al 50%. El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha entrado cabizbajo para reconocer la derrota de forma clara y felicitar al ganador, el PSOE de Ceuta.
Vivas también ha querido exculpar a Martínez y a los candidatos al Senado, Fatima Mohamed y David Muñoz. Reconocimiento al trabajo de la militancia y encajadas de mano más propias de un tanatorio que no de las noches electorales a las que está acostumbrada la parroquia popular.
Guillermo Martínez ha sido breve. Ha agradecido a los cercanos, valorado positivamente la participación y felicitado a los socialistas. Se ha puesto a entera disposición de Pepe Simón. Pero también ha reconocido que el PP tendrá que levantarse moralmente y afrontar unas duras elecciones municipales que empezarán a perfilarse mañana mismo. «Tenemos que hacer un punto y seguido, retomar la moral», ha sentenciado un dolido Martínez, que abandona Madrid después de varias legislaturas.