En mi último artículo “¡PP sigues fort!” ya adelantaba el pobre resultado del PP en las elecciones de Catalunya. ¡Para todos una auténtica obviedad! De hecho, el PP ha desaparecido de Catalunya dada la composición del Parlament tras las elecciones del 14F. Vox los dobla en número de votos y prácticamente los cuadriplica en representación parlamentaria. Pero lo realmente determinante es que el PP no tiene discurso, no tiene proyecto. Si grita barbaridades para llegar al nivel de Vox pierde convirtiéndose en una pobre imitación de los “voxeros”, si intenta articular un discurso más moderado nadie lo tendrá en cuenta porque nadie los cree ya. Sin dudas uno de los máximos responsables de la debacle es Pablo Casado. Lo último que le quedaba por hacer es desmarcarse de las actuaciones de Rajoy durante el 1-O. ¡Qué pensaba obtener con esta ridícula maniobra sino dar votos a Vox! Yo estoy totalmente en desacuerdo con lo que hizo el Gobierno de Rajoy durante el 1-O y durante todos los años anteriores que llevaron al 1-O, pero todas sabemos que Casado formaba parte del extraño constructo mental que es la mente de Rajoy y más aún durante el 1-O. Participando de cada una de sus decisiones como un gregario fiel, como un iluminado de Aznar que crecía cuál alíen en el seno del ppazo Rajoy ¡Patético Casado! ¡Patètic Casado!
Catalunya estará muy lejos de solucionar sus problemas si se continúa insistiendo en los errores ya cometidos y uno superlativo sería que ERC no mirara al PSC y En Comú Podem para gestionar la próxima legislatura.
Vox va a hacer lo mismo que ha demostrado y demuestra en el Congreso, lo mismo, pero con más intensidad. Lo que sin duda provocará demasiada basura y gritos. Se necesitará templanza y mucho pero que mucho dialogo para que exista un gobierno tranquilo y esperanzador que consiga silenciar la demente estridencia de estOX señores. Vox alimentará a los y las más extremistas de cada partido e intentará trasladar esta crispación a la ciudadanía. No se debe tolerar por el bien de la convivencia y de la democracia. Tampoco podemos olvidar, guste o no, que la política catalana influye directa y exponencialmente en el Gobierno de España.
Una imagen clara de estas elecciones catalanas es que definen perfectamente al centrista Cs cuyos votos como ya ocurriera en las elecciones generales emigran a Vox y PSOE. Votos de centro que enarbolan a la ultraderecha. ¿Votos de centro?
El candidato de Vox que ni conoce la realidad política de Catalunya, como sus colegas nacionales en el Congreso y Senado, ha alcanzado sus escaños por la incapacidad de Cs y por la absoluta necedad e indolencia de Casado.
En Comú Podem no se hunde, se mantiene y dependiendo de cómo se mire es un logro o un gran logro. Desde luego lo que sí demuestra es que es absolutamente necesaria la presencia de Podemos en el Gobierno de España. Y que esta proyección debe ser continuada en Catalunya por el bien de la propia Catalunya y de España.
El verdadero análisis de estas elecciones con las conclusiones objetivas y certeras no podrá tener lugar hasta que se conforme gobierno. Illa ya ha manifestado que lo intentará y no hará un “arrimadas”. Es un primer paso que demuestra la voluntad de cambio en el panorama político catalán.
En el artículo ante señalado también indiqué que “La derecha está muy perdida en España” y está siendo devorada por el único triunfador de la foto de Colón. Vox se está merendando al PP con la inestimable ayuda de Casado y a Cs con el gran empujón que le diera en su día Rivera y con la falta de capacidad para oponerse a esa fuerza centrífuga que los expulsa de la vida política española que está manifestando Arrimadas.
Las primeras conclusiones de las elecciones catalanas podrían ser que el clima político se va a enrarecer aún más por la llegada de Vox, por lo que se antoja fundamental la estabilidad y serenidad que podría proporcionar una legislatura encabezada por PSC, ERC y En Comú Podem. Cs se hunde en la insignificancia, PP desaparece, la CUP renace fortalecida y JxCat está en manos de ERC.
(Me da que En Comú Podem estará gobernando en Catalunya).