El debate del Pleno de aprobación de los presupuestos de la Ciudad para el próximo ejercicio se ha convertido en un escenario donde han quedado en evidencia las escaramuzas existentes entre Gobierno y oposición con tintes dramáticos. Cuestiones como el asunto fronterizo, los MENA o la política fiscal fueron algunos de los asuntos abordados.
Si el Consejero de Turismo se apropio del podio en primer lugar, para loar el papel conformador de Chandiramani al frente del pliego definitivo con unos «presupuestos coherentes con definición política clara» que «han supuesto a su juicio un cambio sustancial en la mejora de la calidad de los servicios que se prestan en Ceuta» y que «desde hace 18 años corren en paralelo a dicha evolución». Carreira destacó que es tal el sentido de la responsabilidad del ejecutivo que asumen en beneficio de la ciudadanía «competencias que no les corresponden», recordó que «no se olvidan que los ceutíes necesitan un colchón de política social» que ellos «defienden» pero que no implica defender a «terceros países».
Le siguió el secretario socialista, Manuel Hernández que al subirse al atril despotricó contra unos «presupuestos de birria» en los que se nota «que no se han calentado la cabeza porque son de corta y pega». Constituyen para Hernández «un selfie que refleja las necesidades electorales del Gobierno antes que la de los ceutíes» al tiempo que les afeo su posicionamiento por ignorar a la oposición a la hora de confeccionarlos. «Ficticios, desiguales e irreales» son otros de los calificativos con los que el diputado regaló el oído de la tribuna popular. reclamaba Hernández una «política de innovación tecnológica» que responda a una necesidad de internacionalización del empleo y que fuese más allá de FITUR. Al mismo reivindicó que se llevasen a efecto inversiones urgentes en detrimento de obras inútiles. Comentó que la Ciudad dejaba campar a sus anchas a los menores por e Puerto. Y acusó de falta de transparencia al Gobierno al indicar que «no se sabe ni lo que cobra Vivas». por supuesto la Consejera de Economía y Hacienda rebatió uno a uno sus argumentos, deploró su «tono sentenciador» y se reafirmó en el rechazo de unas enmiendas «incomprensibles que entrañan errores de bulto».
El portavoz de Caballas, Mohamed Alí subió al estrado donde hizo un análisis pesimista del panorama político. «Son tiempos de decadencia y bloqueo» en los que «nadie cree en la Institución». «Los servicios púbicos funcionan mal y su gestión es surrealista «como evidencia el cierre del registro del Morro», incomprensible para los propios empleados» les espetó. «Hemos llegado a un punto» enunció en que «se encomienda a Tragsa la contratación de una limpiadora para un polideportivo», quiso ejemplificar así lo que considera un despropósito, en el que puso en solfa la problemática del paro juvenil, las barriadas abandonadas o la ludopatía que entraña el juego online, una de las bazas económicas del Ejecutivo para los próximos años. Caballas quiso tender la mano al Gobierno para consensuar los presupestos pero fueron rechazados.
Chandiramani le enmendó la plana al comentar que Obimace destinará 8 millones a obras urgentes en los barrios; que no colocarían centros de juegos cerca de colegios con el fin de evitar la adicción aunque seguían creyendo en el proyecto y que se encontraban trabajando en una incubadora de empresas digitales para el futuro de Ceuta.
Quizás el momento más tenso llegó con la exposición de las enmiendas de MDyC por parte de su portavoz que derivo en un enfrentamiento entre diputadas, propio por otra parte en un debate de tan hondas repercusiones. Hamed comenzó su alocución comparando la gestión del consistorio con una película o un libro malo que te deja al final con cara de panoli, con la sensación de «haber perdido el tiempo». Hamed comentó que parecía que los ceutíes no tenían derecho ni a un empleo adecuado ni a una vivienda digna como defiende la constitución porque al Gobierno «le da igual el PGOU y pasa de las indicaciones del SEPE». Les culpó de tener acceso a informes de la dirección general de recursos humanos que no compartían con el resto de partidos ni con sus portavoces, de que se repartían el dinero de las VPO y de no preocuparse por la salud de los enfermos. Además señaló que durante la anterior legislatura la habían marginado relegándola a un escaño apartado. Chandiramani la llamó «mentirosa y demagoga», refutó que ellos «se ocupaban y preocuban de los ceutíes», justificó la política de gastos y añadió que «igual que ustedes nos llaman ‘desgobierno’ yo le podría llamar ‘partido desestructurado'».
Al final de todo y tras las pertinentes abstenciones, los presupuestos salieron adelante.