Lejos del atril. En mitad del escenario y con una guitarra entre las manos. Emulando a un trovador y repasando su propia trayectoria vital. Una trayectoria que está ligada al Carnaval desde el principio. Desde que su abuelo le contagió la «bendita locura» de ser carnavalero a los cuatro años. Así ha sido el pregón de Carnaval de Francis Sánchez, más conocido como «Pando».
La palabra «pregón«, enmarcada en la festividad que sea, siempre evoca a la mente del que la oye sensaciones de hartazgo, pesadez y hastío. Y no es por razones infundadas. La historia está llena de pregoneros y pregoneras que hicieron de su pregón un viaje interminable hacia el aburrimiento o que pretendieron tener más protagonismo para sí mismos/as que para la fiesta que anunciaban. Quizá por todo ello, Francis Sánchez, «Pando», se ha salido del convencionalismo y ha optado por hacer lo que mejor sabe para ofrecer el pregón del Carnaval: disfrazarse, coger la guitarra y cantar coplas.
Una puesta en escena atrevida que se ha celebrado con entusiasmo. Así, entre copla y copla, Pando iba desplazándose por sus primeros recuerdos carnavaleros hasta los más recientes, aderezando el relato con letras escritas para la ocasión. Este joven pero prolífico carnavalero ha tenido tiempo para todo en un pregón que ha durado lo justo y necesario. Ha tirado alguna pulla, ha hecho criticas a la gestión que se hace desde Festejos del Carnaval ceutí, pero también a los propios «carnavaleros«.
La historia de Pando y el Carnaval no se puede entender sin la historia de su familia: «32 años ininterrumpidos de Carnaval«. Su abuelo, su padre, sus tíos, sus primos, su madre, sus tías y sus primas. Todos carnavaleros. Él y su hermano también.»¡Bendita herencia me dejaron!» proclamaba Pando sobre las tablas del Revellín. Bendita herencia y «bendita locura«. Así entiende el Carnaval Pando, que ha recordado que no se trata de una afición, sino de un modo de vida, y que ha querido despedirse con un último mensaje para todos y todas las caballas: «¡Haced Carnaval porque el Carnaval os lo agradecerá!».
Imágenes de Antonio Sempere.