Unas treinta y dos personas han asistido la una formación online sobre mutilación genital femenina que ha ofrecido el vicedecano de Innovación, Calidad, Investigación y Posgrado de la Facultad de Enfermería de Murcia, Ismael Jiménez Ruiz. Jiménez ha ofrecido información sobre los orígenes, la finalidad social, la distribución geográfica, las formas de esta forma de control social y sexual sobre las mujeres y sobre los protocolos de actuación frente ella que hay que seguir con el objetivo de evitar que la sufran algunas hijas de personas procedentes de países donde todavía es una práctica habitual.
Este seminario ha sido organizado por la Fundación Márgenes y Vínculos con la participación de profesionales de la salud, de la educación, de los servicios sociales y del derecho. Los y las asistentes han valorado como «muy satisfactorias» las enseñanzas recibidas y la forma en que se han desarrollado las dos sesiones de la formación. En este seminario online, uno de cuyos objetivos era mejorar la formación para la defensa y promoción de los derechos de las personas, en este caso de las niñas, forma parte de Prointegra, proyecto de Prevención y protección de mujeres migrantes víctimas o potenciales víctimas de violencia de género, y sus hijos e hijas. Este proyecto está financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y de la Unión Europea a través del Fondo de Asilo, Migración e Integración.
Jiménez Ruiz explicó que «la mutilación genital femenina es un procedimiento en el que los tejidos de los órganos genitales de la mujer son deliberadamente cortados, lesionados o eliminados parcial o totalmente». Asimismo, recuerda que esto puede tener consecuencias graves para la salud física y psicológica de la persona para toda la vida ya que «es una forma extrema con que el sistema patriarcal demuestra su control y dominación sobre las mujeres y su vida sexual y reproductiva». El catedrático murciano hizo una introducción en la que explicó las diferencias entre sexo y género, contó cómo el sistema patriarcal impone su visión del género a toda la sociedad y cómo en las sociedades subdesarrolladas ese control patriarcal incluye prácticas que hacen víctimas a las niñas y las mujeres de actos que en las sociedades occidentales son delitos, atentados contra los derechos humanos. Jiménez Ruiz habló de otras formas de control sobre las mujeres, que se practican en muchos países del mundo, «como el certificado de virginidad, la alimentación obligatoria para que los cuerpos de las niñas se desarrollen según el ideal de la cultura dominante, o el planchado del pecho, con el que se intenta que el calor que se le aplica a niñas de 10 u 11 años impida que les crezcan estas partes del cuerpo, lo que justifican diciendo que así no atraerán a los hombres y ellas no sufrirán violación».
El vicedecano de Enfermería en Murcia explicó que la mutilación genital femenina «no sucede hoy en nuestro país», pero añadió que es verdad que se han descubierto niñas que la han sufrido antes de llegar aquí, o a las que se les ha descubierto cuando han llegado a España tras unas vacaciones o en una reagrupación familiar. Este descubrimiento es el que debe poner en guardia a todo el sistema sanitario, social y policial para que lo sucedido con esta menor no les ocurra a sus hermanas pequeñas. Jiménez contó el ejemplo de una familia senegalesa a la que se le descubrió que una de sus hijas mayores tenía hecha la ablación y a la que se le advirtió para que esto no les ocurriera a las hijas pequeñas cuando viajasen de vacaciones a su país. El profesor contó que, en algunas ocasiones, han sido «las propias abuelas de las niñas las que han aprovechado esos viajes para llevar a las nietas a que las mutilaran y así cumplir con lo que ellas consideran una obligación para defender su honor». Jiménez Ruiz defendió que, en estos casos, cuando el peligro para las niñas es evidente, es necesario que las autoridades tomen medidas cautelares para evitar que las menores se conviertan en víctimas de un delito: que se les prohíba la salida del país, o que se les retire el pasaporte. En los casos sospechosos, que se les obligue a los padres, antes de viajar a su país, a firmar un documento en el que se comprometen a no cometer allí el delito con sus hijas.
El profesor añadió que estas medidas, imprescindibles en estos casos, son solo parte de las soluciones que debe tomar toda la sociedad para atajar el problema. Y esto lleva aparejada una gran labor de concienciación, sensibilización y formación. La mentalización en el respeto a los derechos humanos básicos a la salud y a la vida debe llegar a las familias a las que se considera vulnerables, o a las que tienen a hijas pequeñas en riesgo de ser víctimas de este delito, a todas las personas que proceden de países donde la mutilación genital se practica y a la sociedad en general. La mutilación genital femenina se practica actualmente en África, sobre todo en los países de sus extremos oriental y occidental, en partes de Medio Oriente y Asia, en comunidades de inmigrantes en Europa y en partes del norte de América y Australia.