El profesorado de Ceuta y Melilla se encuentra en una situación crítica ante la falta de un órgano de negociación propio que les permita discutir y mejorar sus condiciones laborales. La comunidad educativa de estas ciudades autónomas denuncia el estancamiento del sistema educativo y la vulneración de derechos tanto de los docentes como del alumnado.
Un sistema educativo en retroceso
La pasividad ante el deterioro de la educación en Ceuta y Melilla se ha convertido en un problema estructural. El profesorado advierte que la falta de una Mesa de Negociación está perpetuando un modelo educativo obsoleto, con carencias que afectan desde la organización de la jornada laboral hasta la atención a la diversidad y la formación continua de los docentes.
Desde hace dos décadas, las demandas del colectivo docente han ido en aumento sin encontrar respuestas efectivas. La ausencia de negociación ha generado un desajuste entre las necesidades del sistema y las condiciones reales en las que trabajan los docentes. Esta situación compromete gravemente la calidad educativa y el desarrollo profesional del profesorado.
Un derecho constitucionalmente reconocido
La exigencia de una Mesa de Negociación no es un capricho, sino un derecho recogido en el Real Decreto Legislativo 5/2015, que establece que se pueden constituir Mesas Sectoriales en atención a las condiciones específicas de trabajo de determinados sectores. Ceuta y Melilla, con sus peculiaridades administrativas y educativas, cumplen sobradamente con los requisitos para la creación de este órgano.
El profesorado recuerda que en el resto del Estado los docentes cuentan con mecanismos de negociación que les permiten mejorar sus condiciones laborales y, en consecuencia, la calidad del sistema educativo. Sin embargo, en Ceuta y Melilla esta posibilidad se ha visto sistemáticamente negada, lo que constituye una injusticia y un agravio comparativo.
Una llamada a la movilización
Los docentes de Ceuta y Melilla no están dispuestos a seguir en la indiferencia. Exigen con energía la creación de una Mesa de Negociación que les permita discutir aspectos fundamentales como las ratios de alumnos por aula, la carga horaria, los programas educativos y las oportunidades de formación continua.
El profesorado hace un llamamiento a la unidad y la movilización para acabar con una situación que consideran insostenible. La lucha no es solo por sus derechos laborales, sino por el futuro de la educación en estas ciudades autónomas y por la dignidad de una profesión fundamental para la sociedad.