Barones y exdirigentes del partido alertan de un daño político “potencialmente incalculable” por el contenido del teléfono móvil del exministro, en el marco del ‘caso Koldo’
La inquietud se extiende en el seno del Partido Socialista. A medida que avanza la investigación judicial del llamado ‘caso Koldo’, el foco se ha trasladado al contenido del teléfono móvil de José Luis Ábalos, exministro de Transportes y figura clave del PSOE durante buena parte de la primera legislatura de Pedro Sánchez. Según han confirmado fuentes internas del partido, tanto actuales como antiguos dirigentes temen que las comunicaciones almacenadas en ese dispositivo puedan desencadenar una grave crisis institucional y reputacional.
“Ese móvil no contiene solo mensajes con Pedro [Sánchez], sino con todo pichichi”, asegura gráficamente un exbarón socialista, que recuerda que Ábalos, durante años, fue uno de los principales interlocutores internos del partido, además de figura de confianza del presidente. “Tendrá mil cruces de mensajes con ministros, con secretarios de Estado, con asesores, con los números dos de los ministros… y luego, conversaciones sobre terceros con otros”, enumera un dirigente territorial que ha seguido de cerca el ascenso y la caída del exministro.
Aunque oficialmente el PSOE guarda silencio, en privado muchos reconocen el temor de que, si el contenido del móvil fuera requisado o filtrado como parte del procedimiento judicial, el impacto político sería devastador. “El daño puede ser incalculable”, reconoce un histórico del partido. “Estamos hablando de años de chats, llamadas, coordinaciones políticas y, quizás, comentarios comprometidos”.
La gran incógnita que sobrevuela entre los dirigentes socialistas es si en ese teléfono existen evidencias, directas o indirectas, de prácticas irregulares o de indicios de corrupción. “Esa es la gran duda”, admite otra fuente, “porque lo que empezó como un caso que afectaba a un asesor se está acercando peligrosamente al núcleo del poder político del PSOE en la etapa 2018-2021”.
El ‘caso Koldo’, en el que se investiga una presunta trama de comisiones ilegales vinculadas a contratos públicos durante la pandemia, ha salpicado de lleno al entorno más cercano de Ábalos, quien en su momento defendió la inocencia de su exasesor Koldo García. Sin embargo, las detenciones, registros y hallazgos de los últimos meses han provocado un viraje en la postura de Ferraz, que terminó forzando la salida de Ábalos del grupo parlamentario socialista.
La situación es especialmente delicada para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuya imagen de regeneración y transparencia podría verse erosionada si se llega a demostrar que estaba al tanto, directa o indirectamente, de prácticas cuestionables. «Todo lo que tenga que ver con comunicaciones directas entre Ábalos y Sánchez se va a leer en clave de responsabilidad política», advierte un veterano diputado.
Mientras tanto, la presión crece también entre las federaciones regionales del partido, donde se teme que nuevos datos del caso coincidan con ciclos electorales o momentos críticos del calendario legislativo. «Esto no ha hecho más que empezar, y nos puede explotar en cualquier momento», avisa un dirigente del sur de España.
Fuentes cercanas a la investigación no descartan que se solicite el acceso formal al contenido del móvil, aunque el procedimiento deberá contar con autorización judicial y respetar las garantías constitucionales. En todo caso, en el PSOE muchos ya se preparan para un escenario en el que la política interna se vea sacudida por un nuevo frente de desgaste.
