La inmediata respuesta de la dirección de la Gestora ha sido la expulsión de los considerados tránsfugas y la renovación de la representación del PSOE en los Consejos de Administración de la Ciudad, en un proceso que refleja la firmeza del partido en la aplicación del Pacto Antitransfuguismo.
El nuevo capítulo de la crisis continuada que vive el socialismo ceutí, abierta por los diputados Navil Rahal y Fidda Mustafa al romper la disciplina de voto del grupo parlamentario en favor de la propuesta de los populares de modificación del presupuesto, avanza hacia el paso lógico tras la inmediata expulsión de los considerados tránsfugas por la dirección de la Gestora: la renovación de la representación a propuesta del PSOE en los Consejos de Administración de la Ciudad.
El reemplazo de ambos diputados ha sido comunicado en menos de una semana desde que ocurrieran los hechos. Así, en el Consejo de Administración de Obimace, Mohamed Navil Rahal Abdelkrim ha sido cesado y Abselam Abdel Lah ha sido nombrado en su lugar. En el Consejo de Administración del Parque Marítimo del Mediterráneo, Fidda Mustafa Hossain ha sido reemplazado por Laura Pérez Valero. En Amgevicesa, también se ha cesado a Mohamed Navil Rahal Abdelkrim, siendo nombrado Sebastián Guerrero Martín. En el Consejo de Administración de Servicios Turísticos, Fidda Mustafa Hossain ha sido sustituido por Jessica Parres Gamero. Finalmente, en el Consejo de Administración de Servicios de Limpieza Pública de Ceuta, Mohamed Navil Rahal Abdelkrim ha dejado su puesto, el cual ahora ocupa Melchor León.
El devenir de los acontecimientos debería culminar con la sustitución de Rahal en el Consejo del Puerto, en consonancia con las decisiones ya tomadas por la Gestora bajo la dirección de su presidente, Melchor León. Este último cambio, a diferencia de los anteriores, que sí entraban dentro de la esfera de competencias del PSOE local, dependería de la voluntad de Juan Vivas y el gobierno popular, a quienes se les ha solicitado el reemplazo de manera expresa. La activación de la II Adenda al Pacto Antitransfuguismo deja poco margen al PP, ya que esta deja en manos de los propios partidos firmantes la consideración como tránsfuga de quien rompa la disciplina de voto, y tendría como consecuencia inmediata el cese de cualquier Consejo municipal de los disidentes.
Este efecto automático del Pacto Antitransfuguismo, en su interpretación teleológica, orienta su eficacia a evitar debates semánticos entre los partidos, diluyendo cualquier posibilidad de debate en torno a la declaración de tránsfuga, acotada al ámbito competencial interno que deberá reglamentar el partido. Serían, por tanto, los órganos de dirección del PSOE los únicos legitimados para dicha declaración, y a los populares no les quedaría otra opción que acatarla. La omisión de cualquier acción que derive en el recambio de Navil Rahal en el Consejo del Puerto, en este caso, del Ejecutivo Local, no tendría otra consideración que la de culpable, pues el citado Pacto no deja espacio para la negligencia.