Un Regalo de Noruega para la Humanidad
La Bóveda Global de Semillas de Svalbard, descrita por Ban Ki Moon como un regalo de Noruega para la humanidad, es un símbolo de paz y cooperación internacional. Situada en una montaña de permafrost cerca de Longyearbyen, este almacén tiene capacidad para 4,5 millones de variedades de semillas, con más de 1.200.000 ya almacenadas.
Protección en el Permafrost
Las semillas se conservan a 18 grados bajo cero, gracias a la refrigeración artificial y al permafrost natural que proporciona seguridad adicional. En caso de fallo eléctrico, la temperatura se mantendría baja durante más de un año, permitiendo tiempo suficiente para reparaciones.
España y su Aporte a Svalbard
España ha contribuido significativamente al arca de Noé vegetal de Svalbard. Desde el Centro de Recursos Fitogenéticos en Alcalá de Henares, se han enviado miles de muestras de semillas, incluyendo variedades autóctonas como la borraja y el cardo. Luis Guasch, director del centro, destaca la importancia de preservar estas semillas para futuras generaciones.
Un Esfuerzo Internacional
El esfuerzo internacional para proteger la biodiversidad es evidente en Svalbard. Países afectados por conflictos, como Siria, han podido recuperar sus recursos genéticos gracias a las duplicaciones almacenadas en la bóveda. Este año, semillas de territorios palestinos y Sudán también han encontrado refugio aquí.
El Impacto del Cambio Climático
El cambio climático representa un desafío significativo para Svalbard. El permafrost, que actúa como una barrera protectora, está desapareciendo rápidamente debido al calentamiento global. Científicos advierten que los cambios en el Ártico tienen repercusiones globales, afectando las corrientes oceánicas y el clima mundial.
Un Legado para el Futuro
La Bóveda Global de Semillas de Svalbard no solo es un depósito de biodiversidad, sino también un símbolo de esperanza y colaboración internacional. A medida que enfrentamos desafíos ambientales sin precedentes, este refugio de semillas asegura que las generaciones futuras tengan acceso a la diversidad genética necesaria para la seguridad alimentaria mundial.