La posible reimposición de aranceles por parte del gobierno de Trump podría afectar gravemente las exportaciones de aceite de oliva de España, poniendo en peligro uno de sus productos más importantes a nivel internacional. La industria española se enfrenta a un futuro incierto ante la reactivación de políticas proteccionistas que podrían incrementar los costes de importación y reducir su competitividad en el mercado estadounidense.
El sector del aceite de oliva español enfrenta una nueva amenaza con la reaparición de aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump, quien, tras ser reelegido, ha anunciado su intención de imponer tarifas de entre el 10% y el 20% a las importaciones europeas. Esta medida afectaría de manera severa a la exportación de aceite de oliva, uno de los productos más destacados de la economía española.
En el pasado, durante su mandato de 2017, Trump ya había implementado aranceles altos en productos europeos, especialmente en el aceite de oliva español, bajo la justificación de que las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) de la UE estaban distorsionando la competencia en los mercados internacionales. Esta medida no solo impactó gravemente la competitividad del aceite de oliva español en Estados Unidos, sino que también favoreció a otros productores europeos como Italia y Grecia, creando una distorsión en el mercado.
Los efectos fueron devastadores para el sector español. En 2017, las exportaciones de aceite de oliva a EE.UU. alcanzaban los 67 millones de dólares, pero en 2022 la cifra cayó drásticamente a solo 20 millones, según datos de la Comisión Europea. Este desplome en las exportaciones ha dejado una huella profunda en los productores de aceite de oliva de España, que temen que el regreso de estos aranceles pueda arruinar aún más sus oportunidades comerciales en el mercado estadounidense.
El mercado estadounidense representa alrededor del 35% de las exportaciones totales de aceite de oliva español, lo que lo convierte en uno de los destinos más importantes para este producto. La reintroducción de aranceles podría reducir drásticamente la competitividad del aceite español en EE.UU., que ya había sufrido pérdidas bajo la administración anterior.
Aunque la Unión Europea consiguió un fallo favorable en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2021, que dictaminó que los aranceles eran injustos, los productores españoles siguen siendo cautelosos ante la posibilidad de que las políticas proteccionistas de Trump se reintensifiquen. Aunque Joe Biden mantuvo los aranceles del 25% sobre el aceite de oliva español tras asumir la presidencia en 2021, la perspectiva de nuevos aranceles más altos es motivo de gran preocupación.
En resumen, los productores españoles de aceite de oliva se enfrentan a un futuro incierto, con el temor de que la guerra comercial con EE.UU. pueda afectar aún más su capacidad para mantener su liderazgo en el mercado global del aceite de oliva. La industria se prepara para una nueva batalla en la que, si los aranceles se imponen, se verán obligados a replantearse su estrategia para defender un sector vital para la economía española.