Mauritania incumple el acuerdo con España al rechazar el desembarco de 170 personas migrantes sobrevivientes rescatados por la Guardia Civil española de un cayuco en aguas internacionales en el Atlántico, provenientes de Senegal.
Los rescatados habían permanecido tres días a bordo de la patrullera de la Guardia Civil «Río Tajo,» ubicada frente al puerto de Nuadibú a la deriva esperando órdenes. En ese período, se desencadenaron algunos incidentes tensos entre los agentes españoles y los migrantes, llegando incluso a la necesidad de efectuar disparos al aire por parte de los guardias civiles para sofocar un intento de motín, en el cual los migrantes buscaban apoderarse de la embarcación.
El gobierno mauritano denegó el desembarque y condicionó su autorización a un aumento en los fondos provenientes de España para la cooperación en temas de inmigración irregular. Como resultado del rechazo definitivo de las autoridades mauritanas de recibirlos, según fuentes bien informadas, se ha dado la orden para dirigir la embarcación hacia Senegal, donde se espera que puedan desembarcar los migrantes que finalmente desembarcan tras haber sido rescatados en aguas del Atlántico.
Según información suministrada por fuentes oficiales a la Cadena SER, existe una razón detrás del rechazo por parte de Mauritania para autorizar el desembarco de los migrantes. Esta se relaciona con la ausencia de un oficial de enlace mauritano en la operación, algo que suele ser una práctica estándar en situaciones similares. Esta carencia se ha destacado como «la razón oficial comunicada» para la negativa.
Otras fuentes en Nuadibú han indicado que «un alto funcionario de la marina mauritana transmitió la solicitud de que España aumente su contribución presupuestaria» con el objetivo de fortalecer aún más la colaboración en el ámbito del control migratorio.
Una fuente confiable ha compartido con El Periódico de Ceuta que «Mauritania es un país afectado por la inestabilidad, y la corrupción es un recurso común que los cuerpos policiales emplean para ejercer presión en el contexto del fenómeno migratorio».
Como resultado del rechazo definitivo de las autoridades mauritanas de recibirlos, según fuentes bien informadas, se ha dado la orden para dirigir la embarcación hacia Senegal, donde se espera que las personas migrantes puedan finalmente desembarcar.
Durante los días de incertidumbre a bordo la tripulación permaneció encerrada en los compartimentos del barco para evitar otros intentos de motín, ya que los rescatados se mostraban nerviosos ante la situación y solo se les permitía salir para la atención humanitaria de las personas rescatadas. Los agentes estuvieron encargados de preparar comida y atención médica a algunas de las personas que resultaron heridas durante la travesía en el cayuco.
De momento, el gobierno español no ha dado detalles de las negociaciones con el gobierno mauritano y desmiente que diera alguna orden para permitir que la patrullera se dirigiera hacia el puerto de Las Palmas en Canarias, situación que desde AUGC denunciaron que hubo dos intentos fallidos de poner rumbo al puerto español.